Los nuevos aires en la dramaturgia colombiana - 24 de Enero de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 701510409

Los nuevos aires en la dramaturgia colombiana

yhonatan loaiza grisales - el tiempo @YhoLoaiza

La vitalidad y diversidad se sienten en el teatro colombiano, que cada vez suma más autores. A esos grandes maestros y referentes que han marcado la pauta de nuestra escena se han unido nuevos nombres que exploran diferentes tendencias y estéticas. Ese proceso se ha visto reflejado, por ejemplo, en la Beca de Dramaturgia que otorga el Ministerio de Cultura, que en el 2015 reconoció la obra Noche oscura, lugar tranquilo, del caleño Enrique Lozano. Y gracias a otra beca de Mincultura, la pieza se montó el año pasado bajo la dirección de César ‘Coco’ Badillo y con las actuaciones de Liliana Montaña, Felipe Vergara y Santiago Londoño. Lozano cuenta que ha seguido de cerca el proceso de montaje, que empezó hace un par de años con una lectura dramática, y resalta que la propuesta de Badillo logró sacar la sustancia profunda del texto. La historia se desarrolla en una finca de un pueblo ficticio al que llega una pareja de la ciudad conformada por un escritor que busca inspiración y su esposa, con quien pasa un difícil momento sentimental. “Hay una particularidad de la obra que creo que puede ser compleja para las teatralidades a las que normalmente apelamos en Colombia, y radica en que hay un cierto realismo con el que está construida la historia; pero si uno realmente lo mira en detalle, se da cuenta de que es solo una capa superficial”, asegura el dramaturgo sobre la pieza, que desde el 31 de enero se presentará en el Teatro La Mama. La complejidad de la obra reside en que aunque parece centrarse en el drama cotidiano de una pareja, hay una especie de aire místico que se construye a partir de un tercer personaje, el cuidandero de la finca, que está convencido de la existencia de seres superiores que pueden tener efecto en nuestras elecciones de vida. “Es un personaje que es muy fácil volverlo un charlatán, pero es muy complejo porque, efectivamente, trae de una manera explícita esto que está implícito en el resto de la obra, que es la vena más mística y esotérica”, añade Lozano. Con la batuta de Badillo, y a partir de un elocuente dispositivo escénico y una sutil partitura de movimientos, los actores lograron transmitir no solo los enfrentamientos de la pareja y el ambiente rural, sino el delicado humor planteado por el autor. “Es un texto que tiene una veta de humor que hay que tratar de no volverla ni parodia ni chiste, pero tampoco hay que anularla porque es un humor negro, potente, y erosiona...

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