El obispo prisionero - 16 de Marzo de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 926176394

El obispo prisionero

Cuando en agosto del año pasado el cerco se cerraba alrededor de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, y aún sus mensajes alcanzaban las redes sociales, su voz se dejó oír, desolada, pero con entereza, con una oración que empezaba: "Señor, Señor… levanto los ojos y no veo nada. Mis hermanos me dieron la espalda y se fueron. Todos se fueron…". La calle frente a la casa episcopal estaba tomada por decenas de agentes, no dejaban pasar alimentos, le habían cortado la energía eléctrica. Lo llevaron prisionero a Managua, y mientras tanto sus hermanos obispos de la Conferencia Episcopal siguieron en silencio. A esas alturas, los párrocos de su diócesis se hallaban bajo persecución, y luego también serían metidos presos, mientras otros habían huido al exilio. Sus imprecaciones desde el púlpito sonaban a exorcismos: "A la oración el demonio le tiembla, a la oración de un pueblo unido el demonio le tiembla… está el mal ahogándose, estremecido ante la oración de un pueblo...". La suya era la única voz profética que quedaba después de que monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, había sido enviado al exilio, una concesión del Vaticano para aplacar las furias de la dictadura contra la Iglesia, que no hizo sino exacerbarlas. El nuncio apostólico fue expulsado, las procesiones religiosas se hallan ahora prohibidas, los sacerdotes extranjeros han sido deportados, y órdenes religiosas enteras, entre ellas las Religiosas de la Caridad fundada por la madre Teresa de Calcuta, deportadas también. Menudo y ágil, a sus 56 años es capaz de desplegar una gran energía juvenil, montado a caballo por los caminos de montaña, o en pipante por los ríos, para llegar a las comunidades más lejanas en sus visitas apostólicas; de patear la pelota de fútbol con los jóvenes y de bailar en las fiestas campestres de los feligreses, un carisma que no desperdicia. En octubre de 2015, el régimen otorgó a la empresa canadiense B2Gold una concesión de explotación minera a cielo abierto en su diócesis. Los pobladores se declararon en rebeldía, denunciando la catástrofe ambiental que se avecinaba. Monseñor Álvarez se puso a la cabeza...

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