El ocaso del donjuán - 15 de Octubre de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 818028017

El ocaso del donjuán

Tan pronto como las acusaciones de acoso sexual se hicieron públicas, se cancelaron las presentaciones de Plácido Domingo en Nueva York, Filadelfia y San Francisco. El golpe fuerte, sin embargo, vendría un poco después en Los Ángeles, donde la presión pública y privada obligó al tenor a renunciar a su puesto como director de la Ópera de Los Ángeles. Las acusaciones de una veintena de mujeres que trabajaron con él son ya conocidas en todo el mundo. Insinuaciones indeseadas, manoseos y besos furtivos, infidelidades ocasionales y, sobre todo, abuso de poder. Para Domingo fueron tres décadas en las que se esmeró por colocar a la Ópera de Los Ángeles en un sitio privilegiado en el horizonte de la ópera internacional. Domingo respondió a las acusaciones en su contra describiendo algunas de ellas como inexactas. También intentó, aunque débilmente, explicarlas, quizá justificarlas, como "conductas del pasado que hoy se ven con otros ojos". Su justificación no convenció a nadie; sin embargo, y sin condonar su conducta, su explicación tiene un sustento histórico. Si algo nos enseñaron Tirso de Molina (1630), Molière (1665), Carlo Goldoni (1734), Wolfgang Amadeus Mozart (1787), Giacomo Casanova (1822), Lord Byron (1824) o José Zorrilla (1844), es que la leyenda de Don Juan ha servido por siglos como arquetipo a la mayoría de los hombres. Ser un donjuán fue, antes del #MeToo, quizá el mejor elogio que se le podía hacer a un hombre no solo por su capacidad para seducir mujeres, sino como signo de virilidad. El seductor se veía a sí mismo como un artista. Otra característica del Don Juan literario, que convenientemente ignoran los donjuanes modernos, es que el personaje, en tanto que transgresor de las costumbres y las reglas, al final de sus aventuras sufría un castigo por su conducta y su desenfrenada lujuria terminaba destruyéndolo. Curiosamente, la reacción de la opinión pública en Estados Unidos ha sido condenatoria y fulminante contra el tenor, mientras que en...

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