Ocho típicas bogotanadas - 6 de Junio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 641682989

Ocho típicas bogotanadas

Un secado ‘exprés’ detrás de la nevera

Después de 30 años, Nancy Gómez aún conserva su nevera marca Centrales de 12 pies como si fuera el electrodoméstico más preciado de su casa. Según ella, el refrigerador ha servido durante décadas para secar la ropa de los miembros de su familia cuando la lluvia lo ha impedido. “En una ocasión tuve que decirle a mi hijo que no fuera al colegio porque el uniforme no se secó”. Siguiendo un consejo de su hermana mayor, Nancy optó por dejar la ropa detrás del refrigerador para que se secara. “Había días en los que no hacía tanto sol, entonces yo lavaba la ropa, la escurría y la dejaba orear. Enseguida, la colocaba sobre la rejilla de la parte trasera del refrigerador para que amaneciera seca, pero quedaba tiesa”, recuerda. “Utilizar la nevera para secar ropa o zapatos parte de un asunto de espacio, puesto que muchos hogares no tienen terraza para secar la ropa. Aunque la idea también tiene que ver con la invisibilidad de los zapatos en la vivienda”, comentó Salcedo.

Costumbres

Redacción EL TIEMPO ZONA A pesar de que no son exclusivas de Bogotá y de sus más de ocho millones de habitantes, las acciones que serán descritas a continuación son el ‘pan’ de cada día en la capital. No distinguen género, barrio ni clase social. Subirse por la puerta trasera de la buseta y pasar el dinero al vecino hasta que, de mano en mano, le llega al conductor; poner frutas y verduras en papel periódico para madurarlas y pedir ñapa en las panaderías o tiendas de barrio son algunas de las acciones más comunes. Otras prácticas, como la de poner botellas de plástico llenas de agua en los jardines y zonas verdes para evitar que los perros se orinen son realizadas por las personas, muchas veces, sin saber por qué. Ya sea por comodidad, economía, ignorancia y hasta pereza, las costumbres que se ven en Bogotá dicen mucho de lo que somos y cómo fuimos criados los rolos. Sin embargo, para María Teresa Salcedo, antropóloga del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), algunas de estas prácticas no solo suceden aquí, también se ven en otras partes del mundo. Además, dice que estas costumbres “conectan con mayor eficacia a la gente con los objetos, los alimentos, el lenguaje, los animales y los obstáculos y trayectorias que hacen parte de la vida”. A pesar de que varias de estas curiosas prácticas llegaron a Bogotá hace muchas décadas y desde diferentes regiones del país, todavía están vigentes. El cambio en el estilo de vida...

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