Ocupación, la agonía palestina de todos los días - 18 de Junio de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 574778502

Ocupación, la agonía palestina de todos los días

Sandra Ramírez Carreño Enviada Especial de EL TIEMPO Cisjordania. El muro de separación de concreto construido por Israel es lo primero que se ve cuando se intenta cruzar a la ciudad palestina de Ramala desde territorio israelí. A la construcción la acompaña un puesto de control y un grupo de soldados armados que revisan la identificación del conductor de cada vehículo que trata de entrar al Estado hebreo. A veces, los militares abren las puertas de los carros y les piden el documento a todos los que van adentro e incluso hacen bajar a los ocupantes para hacer una requisa. Cualquier palestino que quiera entrar a Israel necesita un permiso especial. Los extranjeros solo necesitan su pasaporte. Pero para ingresar a Palestina no es necesario el documento o la requisa. Solo hay que hacer una larga fila de carros para atravesar el puesto de control que parece más un embudo. En el muro, que tiene una torre de vigilancia, están pintadas las caras de famosos líderes palestinos como Yaser Arafat o Marwan Barghouti; la primera es la más grande. Según Amnistía Internacional, el 80 por ciento del muro –que es una estructura que no solo tiene concreto sino también alambradas, zanjas, torres de vigilancia, caminos asfaltados para los tanques, cámaras de seguridad– está construido dentro de territorio ocupado de Cisjordania. Siempre se ve al moverse en territorio palestino. La aridez de la tierra se apodera de los paisajes que se vuelven desérticos. Siete kilómetros al norte de la ciudad de Ramala, centro administrativo de Palestina, está ubicado el campo de refugiados de Jalazon, uno de los 18 de las Naciones Unidas en Cisjordania. El lugar, que fue abierto en 1949 para albergar a 2.500 personas, hoy cuenta con 15.000 habitantes en un espacio de un kilómetro cuadrado. La tensión generada por la ocupación israelí es más que evidente, pues muy cerca está un asentamiento judío conocido como Bet El. Desde allí, cuentan los habitantes de Jalazon, soldados de Israel han disparado contra los niños que juegan en la calle al considerarlos un peligro. “Los niños solo pueden jugar en las escuelas de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo)”, dice a EL TIEMPO Mahmud Mubarak, cabeza del comité local que dirige el campo de refugiados. “A algunos les han disparado en la rodilla, justo a la entrada de la escuela. Si les disparan en la rodilla no les pueden hacer una cirugía de reconstrucción y quedan cojos”, añade Mubarak...

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