La odisea de participar en el ‘Petronio Álvarez’ - 15 de Agosto de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 580102630

La odisea de participar en el ‘Petronio Álvarez’

Folclor

Carolina Bohórquez Corresponsal de EL TIEMPO Cali. En medio de la noche, las aguas del Pacífico mecían con fuerza a ‘El halcón’, el barco con la marimba, los dos cununos –hembra y macho– y el bombo que subieron a bordo los músicos y las cantadoras de uno de los poblados más pobres y recónditos del país al que solo se ingresa y se sale por el mar. Olas del Pacífico es el nombre de la agrupación que justamente rinde tributo a esas aguas a veces embravecidas que, con cinco ríos, bordean El Charco (Nariño) y que por estos días están más agitadas que de costumbre. De allí que el zumbido del viento y el fuerte oleaje, que les hizo pensar que la embarcación podía zozobrar, se mezclara con los currulaos, las jugas y los bundes que los artistas afrodescendientes de este municipio del litoral interpretaron en uno de los camarotes. La idea era bajar la tensión de un viaje de 18 horas hasta la ciudad de Buenaventura. Fue a manera de ensayo, para estar más listos que nunca y dejar en alto el nombre de esa tierra ardiente a solo cinco metros sobre el nivel del mar en el Festival de Música del Pacífico ‘Petronio Álvarez’, que ya suma 600 mil asistentes en los últimos seis días y que esta noche, en Cali, en las Canchas Panamericanas, llegará a su momento cumbre, cuando se conozca a los ganadores entre cerca de 60 agrupaciones musicales de la costa Pacífica. Aunque Miguel Ángel Bonilla, el director del grupo conformado hace dos años, y los otros 10 músicos que se embarcaron (son 46 en total) en ‘El halcón’, están acostumbrados a recorrer el Pacífico como la principal ‘autopista’ para llegar a Guapi, Tumaco o Buenaventura, el mar no dejó de acelerarles el corazón esa noche y la madrugada del día siguiente de su partida. “Cuando uno sale de El Charco, en el barco siempre me encomiendo a Dios, porque se sabe que se sale, pero no si se va a llegar a buen puerto”, dice don Miguel, quien heredó el talento de su abuelo paterno, Miguel Bonilla, de 78 años. El Pacífico, dice don Miguel, le genera total respeto por los naufragios de lanchas y barcos que en inmediaciones a El Charco suelen ser cotidianos. Pero su motivación para ser embajadores en el ‘Petronio’ fue más fuerte y por esto tuvieron que rebuscarse para llegar: debieron vender mazamorras, rellenas y sancochos de pescado meses antes. Con ello reunieron los 170.000 pesos para el trayecto...

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