Ojo con los parques - 27 de Enero de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 759530257

Ojo con los parques

La vida de quienes defienden cientos de especies de fauna y flora con su ardua tarea de velar por bosques, ríos y humedales en las áreas protegidas está cada vez más en riesgo. Si el país va a seguir ostentando con orgullo su amplia biodiversidad, debe triplicar sus esfuerzos para frenar ya el paso de la violencia por sus parques nacionales. El reciente asesinato de Wilton Orrego, contratista de Parques Nacionales Naturales (PNN) en la Sierra Nevada de Santa Marta, y las amenazas al director del mismo parque abren una discusión que estaba pasando de largo en el debate nacional. La intimidación a los funcionarios ambientales y los líderes sociales que se ocupan de estos asuntos, de la mano con los impactos destructivos de las fuerzas ilegales, está llevando a una pérdida del patrimonio ambiental del país, especialmente concentrado en los 17 millones de hectáreas de preservación estricta. Pero no solo debe preocupar esta pérdida. Las amenazas de las mafias ilegales, que tumban a un ritmo irracional y acelerado la selva amazónica en la región de la Macarena y en Chiribiquete, y las presiones de las bandas de narcotráfico en Sanquianga, en el Pacífico, o en el Paramillo, en Córdoba, configuran un mapa de violencias ante las cuales las autoridades ambientales no tienen cómo responder. Los poderes ilegales en el territorio, con la minería ilegal, la construcción de pistas para el tráfico de drogas, los cultivos ilícitos y el acaparamiento de tierras, son los motores de un cambio ambiental negativo y alarmante que ocurre a diario. Este es un problema grave. Las cifras deben llamar la atención y generar acciones. Hay 17 denuncias ante la Fiscalía por intimidaciones a funcionarios o equipos completos de guardaparques en once áreas protegidas; la deforestación en estas áreas se acerca a las 12.500 hectáreas cada año, y Colombia sigue siendo uno de los tres países con mayor número de asesinatos de defensores ambientales en el mundo, según la organización Global Witness. Esto sin mencionar que, en lugar de disminuir, aumentan las hectáreas sembradas con coca en los parques. Por supuesto que la incidencia del conflicto armado es de vieja data en estas áreas. Las muertes, intimidaciones y amenazas a funcionarios de parques fueron noticia hace unas décadas. Lo lamentable es que tales noticias se repitan hoy. Hay que valorar como es debido la trascendencia de la valiente tarea de los guardaparques: ellos defienden el derecho colectivo al medioambiente...

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