El ojo vigilante
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E
De aquella acepción primigenia de sociedad panóptica hay rutas
para llegar a «mostrar cómo es que existe este panoptismo al nivel
encuadran la vida y los cuerpos de los individuos: el panoptismo,
,
1926 -1984).
llevar a una conclusión tan rápida como la lectura: seguimos siendo
vigilados por Jeremy (1748-1832). Pero sería un cierre
banal por su cortedad, cuando se sabe que el panoptismo no es algo
demuestran. Esa conclusión será válida en la medida en que se siga,
previamente, la marcha de los dispositivos que han ido construyendo
los gobiernos para ejercer un control silencioso, casi imperceptible,
dispositivos (legales, represivos, armamentistas) de gruesa presencia
tortura y hacen detenciones arbitrarias, no aparecen o casi no se ven.
Por tanto, hay que entender, de una buena vez, que el panoptismo
contemporáneo ha abandonado la perspectiva convencional que
inicialmente conocimos.
El ojo vigilante que panea o se desplaza en un travelín o realiza
un zum sobre situaciones y comportamientos existenciales cotidianas
serlo. Sin embargo, como toda regla tiene su excepción, hay Estados
que, a través de sus gobiernos, no tienen ningún empacho en mostrar
el panoptismo en otra dimensión. No les importa dejar rastros de
democracia liberal y en un régimen dictatorial, por ejemplo. Con lo
cual no estoy diciendo que en la democracia el panoptismo es bueno
y deseado y en la dictadura es malo y debe ser rechazado, visto desde
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