De la oratoria a la oralidad judicial - Lo humano de la abogacía y de la justicia - Libros y Revistas - VLEX 940529821

De la oratoria a la oralidad judicial

AutorHoracio Gómez Aristizábal
Páginas103-108
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Capítulo XI
De la oratoria a la oralidad judicial
“La poesía, no debe vestirse c omo una reina fabulosa
de tesoros, y quizá, ni vest irse siquiera. No hay
belleza, como la belleza desnuda”.
Decía Rafael   : “Hay gentes enamoradas de
la elocuencia. Desean ser convencidas en seguida, ser
arrastradas por un río sonoro de palabras. Admiran la
gimnasia del orador, congestionado; se beberían el sudor
heroico de las cabezas retumbantes. Les encanta ser
dominadas en tropel, apretados unos con otros; sentir en las
espaldas, al mismo tiempo que los demás, el latigazo de las
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su mente de toda serenidad, de toda crítica. Entregarse a la
música vulgar de los tribunos; estremecerse con el espasmo,
ajeno, impuesto por la carne próxima; abandonarse al
pánico que aplaude. Espectáculo innoble, de mandíbulas
colgantes, de ojos en catalepsia; pensamientos violados, por
un sugestionador que grita: pasividad de bestias ensilladas.
Y el desenlace: Manos inútiles que se chocan; un ruido
vano, como el discurso: los cerebros huecos. “Qué dijo. No
sé pero estuvo sublime”1.
1 Comentarios, La Republica 1960.

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