Los perros que rescatan sonrisas - 29 de Julio de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 579308698

Los perros que rescatan sonrisas

Crónica

Diana Paola Avendaño Redactora ELTIEMPO.COM Siempre se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre por su fidelidad y acompañamiento; sin embargo, estos animales han tomado un nuevo papel en el desarrollo psicosocial de las personas, especialmente en niños y ancianos. En la Cruz Roja seccional Cundinamarca y Bogotá, se lleva a cabo un proyecto denominado ‘Rescatando sonrisas’ en el que se ponen en práctica nuevos estudios que demuestran que el uso de perros permite una mayor evolución en las terapias de personas que padecen de alguna enfermedad. A nivel físico, los caninos ayudan en el desarrollo motriz de un paciente, pero uno de los valores agregados es el aspecto psicológico. La terapia con estos animales es de gran importancia en casos donde los menores han sido víctimas de matoneo, abandono o han sufrido fuertes emociones tras catástrofes naturales o la pérdida de algún familiar. Según María Mercedes Contreras, fisioterapeuta especializada de la Cruz Roja, el trabajo con los perros permite que los pacientes desarrollen nuevas formas de socialización con las personas. Las terapias donde los personas tienen una intervención directa con los animales generan cambios psicológicos, donde es posible observar resultados como la superación de algún trauma, obtener mayor seguridad, confianza, respeto, compañerismo, entre otros. Los perros de terapia son un instrumento para facilitar los procesos de los profesionales de la salud, según Delta Society, una de las fundaciones más importantes y responsable de la certificación de estas mascotas en Estados Unidos. Dicha actividad tiene como propósito “promover la funcionalidad física, social, emocional y cognitiva desde una variedad de ambientes”. Proceso de selección En principio, el perro debe ser evaluado con el fin de establecer si su temperamento es el apropiado para trabajar en estas actividades; para ello se realizan pruebas como el test de Campbell, que se realiza a las siete semanas de haber nacido la mascota; también se debe practicar el test de Liakhoff, que permite saber si se puede adaptar a los cambios sin que se afecte su estado emocional. El segundo paso es la educación y habituación. Aquí se les enseña a comportarse, a jugar sin agresión, a comer adecuadamente y a defecar en el lugar adecuado. La siguiente faceta es el adiestramiento, en este periodo deben tener la habilidad para responder a una serie de comandos, por lo general, esta actividad se lleva a cabo mediante...

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