y la pesadilla norcoreana - 11 de Noviembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 696405729

y la pesadilla norcoreana

China, Trump

Con la amenaza de una nueva guerra en Corea, la cumbre estadounidense-china de esta semana podría haber sido la más importante en décadas. La mayoría de los comentarios occidentales sobre Corea del Norte se han centrado en las advertencias del presidente Donald Trump de emplear “fuego y furia” para combatir la amenaza nuclear del régimen. Pero la crisis coreana también representa un gran riesgo para el país asiático. Si estalla una guerra, China estará literalmente en la primera línea, potencialmente expuesta a la lluvia nuclear, los flujos de refugiados y los cambios dramáticos en el equilibrio de poder regional. Estos agudos riesgos han producido una sorprendente variedad de opiniones entre los expertos chinos sobre la mejor manera de proceder. Algunos incluso argumentan que China y Estados Unidos deberían cooperar en operaciones militares conjuntas contra Corea del Norte. Otros, toman una línea completamente diferente, sosteniendo que la política de Washington está conduciendo al desastre, y que es hora de que Pekín rompa públicamente con EE. UU. La posición oficial de Pekín evita cualquiera de estas dramáticas alternativas. En cambio, el Gobierno del presidente Xi Jinping está presionando para reiniciar la diplomacia a través de una política de ‘congelación por congelación’. La idea es que Corea del Norte congele el desarrollo de sus armas nucleares, a cambio de que EE. UU. congele los ejercicios militares que alarman a Pyongyang. En principio, esto suena como una idea decente. En la práctica, ni Corea del Norte ni EE. UU. parece estar dispuesto a tomar los pasos necesarios para que la política realmente funcione. Dada esta realidad, los chinos deben considerar otras alternativas más radicales. Un alto funcionario sostiene que, al aceptar las demandas de sanciones más duras contra Corea del Norte de EE. UU., China ha perdido su influencia en Pyongyang. Entonces, según él, la nación asiática debería ahora intentar reconstruir las relaciones con el régimen de Kim Jong Un, incluso si eso significa enemistarse con la administración estadounidense. Pero, entre los académicos chinos, hay figuras eminentes que toman una posición radicalmente diferente. Estos ‘halcones’ argumentan que una Corea del Norte nuclear es una profunda amenaza no sólo para Corea del Sur, Japón o EE. UU., sino también para la propia China. En términos estratégicos, la creciente amenaza de Corea del Norte puede convencer tanto a Corea del Sur como a Japón a...

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