La pluma literaria de Alfonso López Michelsen - 7 de Marzo de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 861925054

La pluma literaria de Alfonso López Michelsen

Alfonso lópez michelsen (*)La tarde del domingo transcurrió apaciblemente. De la ciudad vinieron a almorzar algunos invitados, entre ellos el embajador de Chile, Beteta, que estaba de paso en unos de licencia; su esposa y algunos jóvenes solteros que venían de dar un paseo a caballo. Los diarios de la mañana no traían ninguna noticia concreta sobre el acontecimiento trascendental del que nos habían hablado la noche anterior; pero los rumores que circularon en las distintas capitales estaban reproducidos con toda clase de detalles. Hacia la una de la tarde supimos en "El Pinar", por una llamada telefónica de un amigo de Manuel, que la flota japonesa había atacado por sorpresa la base naval norteamericana de Pearl Harbor, y que, en consecuencia, ya los Estados Unidos estaban prácticamente en estado de guerra contra las potencias totalitarias. La conversación del día forzosamente rodó sobre esta noticia que iba a modificar sustancialmente el curso de la guerra. Cada uno de los asistentes comentaba el suceso por aquel lado que más le interesaba o le afectaba más directamente. Pérez hallaba nuevas razones para desarrollar sus predicciones sobre el papel que estaba llamada a desempeñar la América Latina y sobre las perspectivas económicas del futuro inmediato. Beteta, que negociaba en ese momento un tratado con Chile, convenio que hasta entonces carecía de importancia, se solazaba con la idea de que iba a desempeñar una función de primera línea en la vida comercial del país, con su proyecto de cambiar café por productos industriales chilenos que hasta entonces no habían podido competir ni en calidad ni en precios con los americanos. Hablaba casi sin interrupción, en tono confidencial y sin abandonar nunca una sonrisa entre estereotipada e ingenua, que lo hacía especialmente simpático. Su mujer lo miraba llena de admiración, y a su turno, los invitados se extasiaban ante ella, haciéndome notar lo elegante de su porte, las líneas de su vestido, lo valioso de sus joyas. -Es muy representativa Isolda -me decía Castañeda. En cualquier corte de Europa llamaría la atención. Es una verdadera Embajadora de nuestro país, representante típica de la belleza y de la distinción de nuestras mujeres, como decía Cyrano, el columnista del "Mercurio", cuando la vio en Lima. -¿Y él? -pregunté yo. -Basta verlo. También es extraordinario. Habla cuatro idiomas a la perfección y gasta su fortuna en darle posición al país. Ahora tiene alquilada en Santiago la casa de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR