El poder detrás del panameño que se evadió de La Picota - 3 de Julio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 644320233

El poder detrás del panameño que se evadió de La Picota

Con tan solo 28 años, Mayer Mizrachi ya tiene en su prontuario una orden de captura internacional, un proceso de extradición, seis meses en la cárcel de máxima seguridad de La Picota y una solicitud de asilo político en Colombia. No se trata de un delincuente común sino de un empresario panameño-jamaiquino emparentado con el ex vicepresidente de Panamá Ricardo Martinelli –investigado por corrupción– y protagonista de un escándalo binacional por su salida irregular de la cárcel La Picota. Contra Mizrachi pesa un proceso por fraude contra la administración pública, al que sigue oficialmente vinculado a pesar de haber quedado en libertad el 22 de junio pasado. Sin embargo, el procedimiento, que parecía rutinario, tiene molesto al Gobierno panameño, preocupada a la Cancillería de Colombia y empapelado al director encargado del penal, mayor Fabio Augusto Becerra. El funcionario fue retirado de su cargo y denunciado ante la Fiscalía por Migración Colombia por impedir que Mizrachi fuera expulsado al istmo, para asegurar su comparecencia a la justicia. Tal como lo reveló EL TIEMPO, aunque Becerra recibió la instrucción precisa del director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), general Jorge Ramírez, de coordinar su salida con Migración, el panameño evadió el trámite y fue sacado del penal en un carro oficial. El contrato y su defensa De hecho, en Panamá corrió el rumor de que un jugoso soborno le abrió las puertas. Pero el panameño no solo niega cualquier pago, sino que ahora está pidiendo asilo político en Colombia en calidad de perseguido. Mizrachi atribuye sus líos jurídicos a su nexo con Martinelli: su padre, Aarón Mizrachi, mantiene una relación con la hermana del expresidente, lo que lo convierte a él en sobrino político del exmandatario. Sin embargo, fuentes oficiales en Panamá le aseguran a EL TIEMPO que los líos de Mizrachi están relacionados con irregularidades en un millonario contrato que su empresa, Innovative Venture S.A., firmó durante la administración de Martinelli con la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG). El objeto era instalar una plataforma tecnológica inteligente para encriptar mensajes, conocida como Criptext. Y el costo, en papeles, fue de 211.850 dólares. El lío es que la plataforma nunca entró en funcionamiento y lo que Mizrachi califica como un lío administrativo se le convirtió en una investigación por peculado y en una orden de captura. Y es aquí donde Colombia, el Inpec y La...

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