El poder siempre le marcó al teléfono - 18 de Abril de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 505844810

El poder siempre le marcó al teléfono

Miguel Silva* Especial para EL TIEMPO Dentro de unos años, creo yo, a nadie le importará si García Márquez fue o no cercano a Fidel, o si era o no amigo de los poderosos y si se trataba de un tema que le importaba mucho o poco. Lo sobrevivirán los Buendía, Úrsula Iguarán, Florentino Ariza, sus propias memorias, no la leyenda de sus amistades con los presidentes. Sin embargo, es cierto que Gabo ha sido amigo de Miterrand y de Felipe González, de Salinas y de Belisario, de Clinton y de Gaviria, de Pastrana y de Carlos Andrés Pérez y supongo que fue amigo de Chávez y de Fox, aunque también imagino que ya no se trata de amistades importantes. Claro, a Gabo le producía enorme fascinación el poder. En buena medida, supongo, empujado por legítimas necesidades literarias. Al fin y al cabo sería impensable escribir El otoño del patriarca sin un profundo conocimiento de la manera como piensan los poderosos. Pero hoy por hoy es Gabo quien produce fascinación entre los presidentes y no al revés. De manera que la vieja crítica según la cual el Nobel colombiano sería sensible en exceso a los atractivos de los jefes de estado, hoy carece de sentido. A Gabo lo llaman los presidentes colombianos cuando hay algún secuestrado, cuyo rango afecta la seguridad del Estado. Durante el secuestro de Álvaro Gómez, tanto el entonces ministro César Gaviria como el entonces Consejero de Paz Rafael Pardo, volaron en varias ocasiones a México a ver al Nobel colombiano y pedir su consejo. A Gabo lo llaman los presidentes, cuando aún no lo son, para que produzca declaraciones en su favor, y aunque no lo hace con frecuencia, y casi siempre se incomoda muchísimo, no es excepcional que días antes de una elección Gabo apoye a un candidato, como ocurrió en su momento con Andrés Pastrana. A Gabo lo llaman los presidentes en situaciones de crisis, o los expresidentes, o los notables del momento: una declaración suya le puso límites al Presidente Samper cuando éste arremetió contra el vicepresidente Humberto de la Calle. A Gabo lo llaman los periodistas para hacer proyectos, los cineastas para hacer festivales de cine o libretos o películas, y los billonarios para sentarlo en sus fundaciones o para escucharlo y contarle a sus amigos que Gabo es parte de su lista de invitados célebres. ¿Por qué será, suele preguntar Gabo entre muerto de la risa y de la pereza, que a todo el mundo se le ocurren una cantidad de ideas que consisten en que yo trabaje más? En una reunión...

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