Política criminal y política penitenciaria
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El seguimiento de corrientes ideológicas y políticas que han
inundado diversos escenarios inimaginables en el pasado reciente y
sobre piedra, ladrillo sobre ladrillo. En las democracias representativas,
ejemplos para destacar el manejo de las respuestas –estratégicas
y tácticas– que el Estado ha tenido sobre el espectro de conductas
que no hay hiato, no hay separación posible– con: el Estado como
determinado territorio.
criminal no puede estar –pragm áticamente– reducida a una política de
estar circunscrita a u na política penal o a una política penitenciaria. El
ius puniendi estatal como balbuceo sonoro.
Tanto es así que se llega a crear la ilusión de seguridad, cuando la
cuestión no es ni de sanciones como tampoco de ilusiones. La política
por su cuenta y riesgo. Menos que se convierta en una simple puerta
giratoria, donde unos, los más, entran y otros, los menos, salen.
penitenciaria no pueden seguir recibiendo las palmas del soberano,
cuando la práctica social, la política en general, exige y espera nuevas
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