Ponencia para segundo debate al proyecto de ley 011 de 2000 cámara - 28 de Noviembre de 2000 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451243866

Ponencia para segundo debate al proyecto de ley 011 de 2000 cámara

PONENCIA PARA SEGUNDO DEBATE AL PROYECTO DE LEY 011 DE 2000 CÁMARA. por la cual se crea el Fondo de Fomento Cauchero, se establecen normas para su recaudo administración y se crean otras disposiciones.

Honorables Representantes:

Cumplo con el encargo que me hizo el señor Presidente de la Comisión Tercera Constitucional Permanente de rendir Ponencia para segundo Debate al Proyecto de ley número 011 de 2000 Cámara, por la cual se crea el Fondo de Fomento Cauchero, se establecen normas para su recaudo administración y se crean otras disposiciones, de origen parlamentario, presentado por el honorable Representante Gerardo Tamayo Tamayo. Y tal como lo manifesté en anterior oportunidad está encaminado a la obtención de una fuente fija de ingresos para financiar las necesidades de inversión para el fomento del sector cauchero.

Me acojo en su integridad a la exposición de motivos para primer debate el cual transcribo como sigue.

A pesar del apoyo del Gobierno Nacional para los agricultores, algunos renglones no cuentan con la cobertura mínima requerida para desarrollar y crecer en un mercado competitivo de calidad, porque los recursos ordinarios no son suficientes, a pesar que existe el interés por aumentar su cobertura, mejorar la calidad de sus productos, para posibilitar la producción eficiente dentro del ciclo de comercialización en el ámbito nacional e internacional así como fortalecer el sector agrícola y agroindustrial generando empleo e ingresos a las zonas rurales de nuestro país.

El presente proyecto de ley busca por lo tanto, aliviar la situación financiera de los cultivadores de caucho y apoyar la iniciativa de un conglomerado que lucha y se esfuerza por presentar a la comunidad Internacional un nuevo producto agrícola de Colombia, compitiendo con calidad en el mercado mundial heveícola frente a Malasia, Indonesia, Tailandia y Guatemala.

Por consiguiente, los recursos provenientes del presente proyecto de ley serán destinados en su totalidad al fomento, mejoramiento de la eficiencia del cultivo, apoyo investigativo y de asistencia técnica al cultivador, desarrollo de estrategias frente a la problemática agronómica que represente el renglón, fomentar y buscar nuevas condiciones de uso de la materia prima y de su mercadeo, mediante la difusión de su utilidad, y facilitando formas de asociación en pro del bienestar de los cultivadores.

Un país que como el nuestro cuenta con la riqueza en tierras y su biodiversidad, no puede concebirse importando productos que puede producir a gran escala, ya que esta importación genera sobrecostos para la industria, con el efecto colateral en el mercado.

Efectivamente en nuestro país puede producirse el caucho que requerimos, y en este momento la realidad, es que esta materia prima viene siendo importada en un 95%, debido a la ausencia de una política cauchera y la falta de fomento que ha sufrido el cultivo del caucho; si teniendo las condiciones climáticas, de capacitación, de suelos, logramos crear la conciencia de su siembra y cuidado, a la vez que propiciamos mejores condiciones del mercado, estamos propendiendo incluso con una exportación, con el bienestar para el agricultor, y en sí para la misma economía nacional.

El incentivar estas actividades a nuestras zonas rurales también permite, como lo he dicho, no solo fomentar empleo sino la erradicación de otros cultivos nocivos para la sociedad que han sido adoptados por encima de las convicciones de nuestro pueblo, por el lucro que el mismo representa. En este momento el escaso apoyo recibido del Gobierno Nacional y de recursos propios han permitido fortalecer este producto de la economía pero aún no es suficiente pues los agricultores no disponen de una fuente de recursos para asumir la investigación, tecnificación y fomento.

El interés por el producto y su intención de colocarlo como uno de los más destacados en nuestra agricultura, ha sido palpable en la creación desde hace 5 años de la Federación Nacional de Productores de Caucho, Fedecaucho, y las asociaciones regionales (de caucheros de Guainía, Guaviare, Meta, Santander, Caquetá, Amazonas, Putumayo y Antioquia) que han promovido su cultivo con una precario apoyo del CIRAC (Centro Internacional de Agricultura Tropical Autónoma Mundial del Caucho) y asesoran al Gobierno Nacional para el desarrollo del cultivo del caucho; en la oficina del Plante, se cuenta con la presencia de un asesor, como representante para Latinoamérica del CIRAC en Colombia; herramientas que debemos tomar, implementar y fortalecer para el desarrollo tecnológico y científico, y si tenemos la iniciativa particular y el apoyo internacional, es del caso que el Congreso de la República promueva esta iniciativa para que tenga la finalidad prevista y quienes la han presentado, se vean motivados y comprometidos para trabajar en la investigación para el mejoramiento de las condiciones de cultivo, del producto mismo y su condiciones de mercadeo, permitiendo superar el grave deterioro económico por el que atraviesan las cultivadores, con recursos que aseguren el cumplimiento de los objetivos planteados y el nuevo papel que les corresponde jugar en el desarrollo del país.

El caucho en Colombia

El aprovechamiento del caucho en primer lugar se realizó mediante la explotación del caucho silvestre, como actividad extractiva en la Amazonia, Caquetá, Putumayo y Guaviare, con un auge de 1870 a 1915 pero su base técnica de desarrollo es y sigue siendo precaria por lo cual el límite máximo de la actividad queda supeditado a la cantidad de árboles preexistentes. Era una forma destructiva de la extracción generando agotamiento del recurso, del manejo, de la valoración como recurso renovable, impidiendo su manejo y conservación técnica. Bajo esta perspectiva no hubo condiciones para la investigación del caucho en su estado natural. El único avance para esta etapa es la obtención lícita e ilícita, de material genético para ser llevado a Asia y Africa, con el objeto de probar material vegetal idóneo para el desarrollo en estas regiones.

En cultivos tecnificados, podemos remontarnos a 1910 en Tumaco con una plantación que desapareció pero los primeros desarrollos significativos datan de 1940 en Urabá: con 100 Hectáreas en Acandí, 250 en Mulatá y 130 Hectáreas en Turbo, de los cuales solo subsisten 150 hectáreas en Mulatá.

A raíz de la invasión Japonesa a Malasia y la caída de la exportación del mercado heveícola Brasilero, se construyeron aeropuertos alrededor de los cultivos de caucho natural para sacar directamente este producto desde la selva hacia los Estados Unidos y allí nacieron los pueblos de la Orinoquia y la Amazonia. Cabe anotar que este producto ha generado codicia por parte de países industrializados a tal punto, que se enviaron emisarios a fin de recolectar su semilla y poderla cultivar en sus colonias, es así como Inglaterra logró recolectar 70.000 de ellas, de las cuales solo se reprodujeron 22 plántulas.

Ante la importancia de el caucho, en 1941, una misión del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos autorizó la instalación de viveros en Acandí, Turbo, Apartadó, Río Grande y Villa Arteaga, donde aún se explota un área de 120 hectáreas y beneficia a 57 familias campesinas, en 1964 el Incora inició estudios para fomentar su siembra con la asesoría del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y el Instituto de Investigación del Caucho de Francia, plantado 400 hectáreas entre 1966 y 1970, quedando de ellas, en la actualidad, en producción 350 hectáreas en el Caquetá.

El Incora teniendo en cuenta los buenos resultados económicos y sociales que ofrece el caucho, patrocinó la siembra de 6.096 hectáreas entre 1985 y 1994, y Fedecafé lo llevó a la zona cafetera marginal baja (menos de 1300 metros sobre el nivel del mar), entre 1988 y 1994 se plantaron 1.814...

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