Precisiones necesarias sobre la Inquisición - 14 de Noviembre de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 851799528

Precisiones necesarias sobre la Inquisición

AGUSTIN ANDRÉS IRAZOLA - ESPECIAL PARA EL TIEMPOSe ha vuelto a publicar el Malleus maleficarum, Martillo de las brujas, popular libro del que se han hecho infinidad de ediciones desde la primera, en 1486. Ha sido ocasión para volver a dar pábulo a toda una serie de fantasías en torno al Tribunal del Santo Oficio: millones de asesinatos, torturas, hogueras, confiscaciones... Sin embargo, en la mayoría de los casos son falsas. La Inquisición fue un tribunal creado en 1231 por Gregorio IX para inquirir o investigar los casos de herejía. Su objetivo era la reconciliación del hereje con la Iglesia y, de esta forma, conseguir la salvación eterna. Para poder entender lo que fue la Inquisición, hay que comenzar por su origen. Sin herejías no hay Inquisición. Sin embargo, herejías ha habido desde el principio de la Iglesia. Hasta el siglo XII, las herejías en el mundo occidental no habían merecido sanciones materiales de la Iglesia, y hasta el siglo XIII no se creó un tribunal especial. El castigo de la herejía era cosa del Estado. ¿Por qué surgió en aquel momento? En primer lugar, las herejías de esta época tenían un carácter diferente a las anteriores. El problema dogmático que planteaban era de menor importancia que el problema social. Los herejes a los que combatía la Inquisición actuaban mancomunadamente, clandestinamente, con el fin de socavar los cimientos de la sociedad. En muchos casos constituían ejércitos, asaltaban iglesias y robaban, asesinaban, incluso a los legados pontificios o a los inquisidores, como san Pedro de Verona. Este asesinato dio lugar a una bella historia que nos muestra cuál era el comportamiento de la Iglesia con respecto a los herejes arrepentidos. San Pedro fue hasta su conversión cátaro. Su asesino, Carimo da Balsamo, se arrepintió tras su crimen y se confesó con el prior del convento de Forli de los dominicos, la misma orden a la que pertenecía el asesinado. Allí fue acogido y allí murió en olor de santidad. Hoy se lo venera como beato. La principal y más peligrosa secta herética de la época fue la de los cátaros. Su doctrina era de tipo maniqueo; partía de la dualidad radical entre el espíritu, bueno, y la materia, mala; planteaba la eliminación de la Iglesia como institución, la desaparición del matrimonio, aunque admitía el concubinato, pues no tenía como fin la procreación; condenaba los juramentos, con lo cual suprimía toda posibilidad de celebrar contratos y de realizar operaciones económicas. Muchos nobles, sobre todo en el sur de Francia, enseguida vieron el potencial que esto representaba para incrementar sus posesiones a base de apropiarse de los bienes de la Iglesia. El hereje al que perseguiría la Inquisición era, por tanto, alguien que se...

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