Presentación
| Autor | Augusto Castañeda Díaz |
| Cargo del Autor | Abogado de la Universidad Libre de Colombia |
| Páginas | 29-33 |
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Los debates de la justicia transicional tienen algo de similitud con la historia
de El traje nuevo del Emperador de Hans Christian 1:
que gastaba todas las rentas públicas en vestir con la máxima elegancia; no se
interesaba por sus soldados, ni por el teatro, ni por las cosas del gobierno, ni
por la educación pública, ni por las obras del Estado, sólo le gustaba lucir sus
trajes nuevos, ¡sólo le gustaba vestirse bonito!. Tenía un vestido distinto para
cada hora del día.
A la ciudad en que vivía el Emperador, una vez se presentaron dos trúha nes
(pillos, ladrones) que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer
y bordar las más maravillosas telas, que sus confecciones poseían la milagrosa
virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que
fuera estúpida (por vir tud de la visibilidad o no de la tela, se podría saber quién
era inepto, tonto, estúpido, incapaz de asumir el cargo, etc.).
El emperador se emocionó con la noticia; si tuviese tales trajes podría
averiguar qué funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan;
podría distinguir entre los inteligentes y los tontos.
Mandó entonces a confeccionar una prenda y dispuso un lugar en el palacio
para los tejedores; mandó abonar a los dos pícaros un buen adelanto en dinero,
para que pusieran manos a la obra cuanto antes (recortó dinero del presupuesto
público, recortó el presupuesto para educación escolar, recortó el presupuesto
de la salud pública, de obras públicas, del agro y las telecomunicaciones, no
incrementó los salarios de los trabajadores, subió los impuestos, ideó más
nuevos vestidos).
Ellos (los pillos, bribones, ladrones, usureros) montaron un telar y simularon
1 Hans Christian. Cuento infantil–Texto completo Disponible en World Wide Web:
http://ciudadseva.com/texto/el-traje-nuevo-del-emperador/
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