Entre los primeros cachacos que difundieron el vallenato en Bogotá - 4 de Mayo de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 781967381

Entre los primeros cachacos que difundieron el vallenato en Bogotá

LILIANA MARTINEZ POLO - el tiempo - @LilangmartinDice Daniel Samper Pizano que hubo un grupo de amigos cachacos que descubrieron el vallenato en la década de los 50 y aceleraron la fama de Rafael Escalona (1927-2009) en el interior del país. Fueron los que impulsaron la primera visita a Bogotá del compositor, del que se conmemoran diez años de su fallecimiento. En ese grupo figuraba Rafael Rivas Posada (rector de la Universidad de los Andes entre 1982 y 1985), uno de los privilegiados cachacos que conoció a Escalona en su juventud y al vallenato en su estado casi original, "antes de que la discografía lo convirtiera en un producto comercial lleno de orquestaciones y experimentaciones que lo fueron degenerando", como dice él mismo. Precisamente, Samper Pizano y Rivas recordarán ante el público de la Feria del Libro de Bogotá, esta tarde, algunas anécdotas del vallenato visto por los primeros cachachos que se adentraron en su cultura original. "El interés de Daniel es que eche el cuento de mi primer viaje a Valledupar -cuenta Rivas-. Como resultado de ese viaje empezó el éxodo y la bogotanización del vallenato". Fue un viaje de amigos realizado en 1951. Estudiantes de diferentes universidades se habían empezado a conocer a partir de la música que traían consigo contemporáneos suyos que venían a estudiar desde la provincia, como Hernando Molina Céspedes, a quien Rivas conoció por medio del gusto por la música, y fue justamente "Hernandito", como le dice afectuosamente, quien invitó a los amigos a conocer Valledupar. A partir de ahí, aquellos primeros cachacos volvieron muchas veces y de regreso a casa multiplicaban el gusto por la música de acordeón en su entorno. "Creo que la primera vez que vino un acordeonero a Bogotá lo trajo Manuel Zapata Olivella -dice Rivas-.Se llamaba Germán Pitre, en 1953. Ellos se metieron en San Victorino, y nosotros los buscábamos por las noches. Apenas se dormía Manuel Zapata, nos llevábamos al acordeonero para parrandear con los amigos". Rivas fue testigo de muchas conversaciones que fueron dándole forma al Festival de la Leyenda Vallenata. "Hice un viaje cuando Alfonso López Michelsen estuvo haciendo campaña para ser gobernador del César -el departamento estaba por ser creado, al dividir el Magdalena grande-. Esa vez me invitaron Toño Murgas, Crispín Villazón y la gente de la ciudad. Se hablaba de organizar algo musical. Allí conocí a Daniel Samper Pizano...

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