La promesa rota de un gran sueño llamado Argentina - 4 de Mayo de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 509199426

La promesa rota de un gran sueño llamado Argentina

“Argentina se caracteriza por disparar una crisis en cada final de época política”.

Julián Hermida

Universidad

de Lomas de Zamora

José Vales Corresponsal de EL TIEMPO Buenos Aires. “Hubo un tiempo que fue hermoso…”, dice una de las grandes canciones de Charly García, una de esas letras que desafía al tiempo. El tema no perece porque, en tanto himno popular como muchas de las composiciones del ex Sui Generis, Argentina supo convertirse, con el correr de las décadas, en un país de futuro, como si hubiera renunciado a ser alguna vez un país de presente. El reciente surgimiento de un narcotráfico vernáculo, la devaluación de la moneda acompañada por un estancamiento económico, el crecimiento del delito, la crisis energética y las fallas institucionales que llevan a que ciudadanos busquen la justicia por su propia mano, como se vio en las últimas semanas, son algunas de las demostraciones de que aquí, en el país más austral del universo, hubo un tiempo mejor. Del pleno empleo y una deuda externa que no sobrepasaba los 18.000 millones de dólares con la que los militares asaltaron el poder en el año 76, Argentina terminó enterrada en todos los pantanos que la historia contemporánea le tenía reservados. En la primera dolarización de la economía y una guerra sin escrúpulos ni justificativos sólidos durante los años de la dictadura (1976-1983) y en la hiperinflación de la segunda mitad de los años 80, ya con el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989). De la sustitución de la producción nacional y la segunda dolarización en los 90 a una crisis terminal al comenzar el siglo, cuyo resultado de la misma, en materia de poder, no fue otro que el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Desde los 70 se abrió un abismo De aquel tiempo, el de la canción de Charly, a este país parece haber un abismo. Hasta la segunda mitad de los 70, con sus altos y bajos, Argentina solía ser reconocida en el mundo cuando no por su sólida clase media y los resultados de la escuela pública, por sus varios premios nóbeles en ciencia, por la erudición de Jorge Luis Borges o la maestría musical de Astor Piazzolla. Desde los 90, a la Argentina comenzó a detectársela por los desbarajustes cocainómanos de su máximo “héroe”, Diego Armando Maradona, y por los dislates intelectuales del entonces presidente, Carlos Menem (1989-1999), quien en 1997 decidió regalarle al mundo esta perla: “Como dijo nuestro gran poeta Atahualpa Yupanqui, Caminante no hay caminos, se hace camino al andar…”. Sin...

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