Mi propia Almudena - 9 de Diciembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 878865318

Mi propia Almudena

Ha muerto en Madrid a los 61 años Almudena Grandes, que, igual que don Benito Pérez Galdós, contó en episodios nacionales, esta vez sus "episodios de una guerra interminable", la historia de los vencidos en la Guerra Civil. Cada uno ha sacado a luz a su propia Almudena. La mía está sentada en una mecedora en el corredor de nuestra casa en Managua, febrero de 2009. A contraluz, como una fotografía mal tomada, tras ella estalla en rojo y morado la buganvilia que cubre la cerca lateral. Se mece lentamente, impulsándose con los pies. Tiene aire nicaragüense en sus rasgos, o gitanos, o madrileños. Lo que sea. Pero Almudena está sentada allí, bajo esa luz de encendidos oros del trópico incandescente. Acabamos de llegar de León, donde he servido de cicerone a la tropa formada por ella; su marido, Luis García Montero; Jesús García Sánchez (Chus Visor), Javier Bozalongo y Daniel Rodríguez Moya, una tropa medio andaluza, castellana, catalana. Todos han venido al Festival Internacional de Poesía de Granada, y hemos hecho el viaje por carretera para enseñarles los lugares de peregrinación dariana, la catedral, donde está enterrado el poeta bajo la estatua de san Pablo, la casa solariega donde vivió su infancia. Andamos a pie por esta ciudad donde de una acera a otra todo el mundo solía saludarse con un ¡adiós, poeta!, un título universal. Este barrio mío de Colonial Los Robles era, eso sí cierto, el barrio de los poetas: al otro lado de la calle vivía Ernesto Cardenal, y a pocas cuadras, Claribel Alegría, a quien visitamos en tropa, la misma del viaje a León, a las cinco de la tarde, hora puntual del happy hour en su jardín. La mía, la Almudena que bien recuerdo, está en su casa en Madrid, 2006, en la cocina atestada de cacerolas y sartenes, preparando con manos ágiles y aire decidido toda suerte de tapas, tortillas que corta en trozos, ensaladilla rusa, croquetas que saca doradas del aceite hirviente. En la sala suben de tono las conversaciones y estallan las risas, las bromas cruzadas entre Joaquín Sabina y Benjamín Prado son de filigrana, mientras Chus Visor, al lado de Conchita...

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