Proyecto de ley 043 de 2013 cámara - 2 de Agosto de 2013 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 465820658

Proyecto de ley 043 de 2013 cámara

PROYECTO DE LEY 043 DE 2013 CÁMARA. disposiciones por medio de la cual se adiciona un Capítulo IV -A- a La Ley 1335 de 2009, que previene daños a la salud de los menores de edad, la población no fumadora y se estipulan políticas públicas para la prevención del consumo del tabaco y el abandono de la dependencia del tabaco del fumador y sus derivados en la población colombiana.

El Congreso de Colombia

DECRETA:

Artículo 1° La Ley 1335 de 2009 tendrá un Capítulo IV- A-

Disposiciones comunes a los Capítulos III y IV. Prohibición de exhibición de productos de tabaco en establecimientos de comercio de toda índole. Prohíbase la exhibición de productos del tabaco y sus derivados en todos los establecimientos de comercio, ventas al por menor y ambulantes, por ser considerados una estrategia inconveniente de publicidad, promoción y patrocinio de este producto.

Parágrafo 1°. Esta prohibición no cobija la exposición temporal de las cajetillas mientras se expende el producto o se abastece el establecimiento de comercio por parte de su distribuidor.

Parágrafo 2°. La siguiente adición al articulado entrará en vigencia un año a partir de su promulgación.

Artículo 2° La presente ley rige a partir de la fecha de su publicación.

Honorable Representante

Yahír Fernando Acuña Cardales,

Circunscripción Especial Comunidades Negras.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Tabaquismo: Grave problema de Salud Pública

¿¿ en mi vida he tenido dos grandes vicios: fumar y jugar al fútbol. El fútbol me lo ha dado todo en la vida. En cambio, fumar casi me la quita¿ Johan Cruyff[1][1]

Sea lo primero expresar, que el proyecto de Ley que se presenta, al igual que su exposición de motivos, emergen de una realidad sentida del pueblo colombiano, mismo que viene observando, cada día, cómo los menores de edad, aún los mayores, se ven incitados a la adquisición para el consumo del tabaco y productos derivados, lo que me ha impuesto una revisión de documentos que soporten mi preocupación, por lo que, con el más absoluto respeto, recogí las experiencias y conclusiones que en diferentes documentos han sido expuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), documentos de las Naciones Unidas y de destacados autores; optando, para evitar descalificaciones y cuestionamientos por plagio, por transliterar lo más exactamente posible los documentos que utilizaré, soporte del proyecto.

En efecto, he considerado fundamental darle crédito a cada uno de los referenciados con la respectiva cita, pues recogen mi particular preocupación, siendo controlar, efectivamente, el consumo de tabaco y sus derivados, esfuerzo por el que debo estar fundado en la experiencia que nos transmiten.

Así, inicio por indicar que: El tabaquismo es definido como la intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco[2][2].

También se le llama tabaquismo o consumo de tabaco a uno de los problema de Salud Pública más importantes a nivel de los países desarrollados y de manera emergente en los países en desarrollo (verbi gratia Colombia). Envuelve diversos niveles de atención en salud, además de comprometer otros ámbitos de la sociedad.

Es un problema de Salud Pública[3][3], debido a que constituye la principal causa previsible de enfermedad y muerte prematura. Entre las enfermedades atribuibles a los productos de tabaco[4][4] tenemos: Cáncer de Pulmones y Bronquios, Laringe, Cavidad Oral y Faringeal, Esófago, Estómago, Páncreas, Riñón, Vejiga, Cervical, Leucemia Mielógena Aguda, Enfermedad Cardiovascular, Hipertensión, Enfermedad Pulmonar Crónica Obstructiva, Complicaciones de diabetes, Episodios cerebro-vasculares, Aneurisma, Úlceras, Bajo peso al nacer, Síndrome de Muerte Súbita, entre otras[5][5], tanto en fumadores y no fumadores (el feto es un fumador pasivo).

Las muertes atribuibles al tabaco en los países desarrollados se estiman cercanas al 15% mientras que en los países en desarrollo los estimados llegan al 3.7%. Es la primera causa de muerte evitable y anualmente provoca la muerte prematura de 5.000.000 personas en todo el mundo. Una de las razones que se esgrimen para ser catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como problema grave de salud pública, se debe a que su inicio, en la mayoría de las veces, ocurre en la adolescencia, lo cual genera morbi-mortalidad6[6][6] en la adultez. Según este organismo internacional, la prevalencia mundial en el año 2000 entre hombres y mujeres mayores de 14 años fue de 35.1 y 22% respectivamente[7][7].

Es la principal causa prevenible de muerte en Estados Unidos[8][8]. Se calcula que causa 440.000 o casi 1 de cada 5 muertes cada año[9][9]. En los países en desarrollo, ha sido históricamente inferior, y por ello la mortalidad debida al hábito de fumar, en comparación con los países desarrollados, es proporcionalmente más baja[10][10]; sin embargo, su prevalencia ha aumentado en más del 70% en los últimos 25 años.

De proseguir las tendencias actuales, habrá 7 millones de muerte al año por tabaquismo en los países en desarrollo en los dos o tres decenios próximos[11][11].

En Colombia[12][12], de acuerdo con los resultados de la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFREC II), se ha observado un descenso progresivo en la prevalencia de tabaquismo en adultos en los últimos treinta años. En los años 70, aproximadamente el 35% de los adultos fumaba; en los años 80 esta cifra era cercana al 30%, y en los 90 se situó alrededor del 20%, como lo han demostrado las dos últimas encuestas nacionales: la realizada por la fundación Santa Fe en 1996, que mostró que había fumado en el último año el 21.4% de las personas entre 12 y 60 años, y ENFREC II, realizada en el segundo semestre de 1998, que indicó que el 19.8% de las personas entre 18-69 años habían fumado 100 o más cigarrillos en su vida y fumaban al momento de la encuesta, y concluyó que la reducción del consumo de cigarrillos en Colombia se hace a expensas de un creciente número de jóvenes que no empiezan a fumar[13][13].

Muy a pesar del triste panorama descrito, las industrias tabacaleras, basadas en la identificación de poblaciones en riesgo de consumo, han elaborado diversas estrategias para contrarrestar los efectos de la lucha antitabáquica, tales como campañas de desinformación ante las evidencias científicas del daño producido por el consumo del tabaco; a pesar de que estas empresas conocían ya desde hace mucho tiempo la capacidad adictiva de la nicotina[14][14]. Estas empresas invierten cantidades ingentes de dinero en publicidad, promoción y patrocinio[15][15].

Estas actividades de publicidad, promoción y patrocinio contribuyen a la normalización del tabaco y hacen que sea percibido como cualquier otro producto de consumo. Estos, además de incrementar su aceptación social, menoscaban los esfuerzos por educar a la población sobre los peligros asociados al tabaquismo[16][16].

La comercialización del tabaco hace que este se asocie, erróneamente, a calidades positivas como la energía, el glamour el atractivo sexual, al tiempo que refuerza la influencia de la industria tabacalera en los medios de comunicación, el sector del ocio y del espectáculo[17][17].

En los países que aplican prohibiciones parciales a la publicidad y promoción directa de los productos de tabaco en los medios de comunicación tradicionales, las tabacaleras a menudo se sirven de tácticas de comercialización indirecta para eludir restricciones. Esas tácticas pueden basarse en el diseño de los paquetes y la manera de exhibirlos; el uso de artículos de la marca, estrategias de inserción de productos, actividades supuestamente basadas en el principio de responsabilidad social empresarial, campañas mediáticas basadas en nuevas tecnologías[18][18].

En la actualidad es frecuente encontrarse con un gran abanico de publicidad[19][19] indirecta sobre el tabaco (pese a la legislación cada vez más consciente de la gravedad de este problema de salud pública y, por ende, restrictiva de la publicidad de la industria). En estudios recientes de la organización Mundial de la Salud (OMS) se ha puesto de relieve cómo la industria tabacalera ha promovido a lo largo de sus campañas publicitarias la percepción de atributos beneficiosos, como control de peso, sensación de libertad, así como la idea de que las consecuencias para el organismo son muy lejanas, haciendo creer a los adolescentes[20][20] que no se convertirán en adictos o que podrán dejar de fumar antes de que aparezcan las consecuencias.

Esta industria destina su publicidad a expandir su mercado entre aquellos sectores con mayores posibilidades de aumento, es decir, niños y adolescentes. Así observamos campañas publicitarias que describen el tabaco como algo divertido, sofisticado, moderno; como un medio para conseguir imagen positiva. Resulta familiar encontrarse diversidad de anuncios donde sus mensajes transmiten que fumar equivale a sentirse adultos, como estandarte de independencia y madurez. Asimismo es corriente que se acompañen de valores como vida, salud, libertad, independencia, amistad, amor, alegría, compañerismo[21][21].

Pero el fenómeno va más allá; ante las restricciones impuestas al tabaco en los países desarrollados, las compañías tabacaleras enfocan sus objetivos hacia países en vías de desarrollo, en los que la legislación es más permisiva o menos restrictiva; adoptando en estos países estrategias poco adecuadas, más agresivas[22][22]. Sumado a ello el abandono del tabaco entre la población adulta, es en la actualidad una tendencia en aumento, asimismo, cada año mueren muchas personas a consecuencia de enfermedades derivadas del consumo de tabaco, lo que hace que continuamente se pierdan clientes para la industria; de ahí que esta tenga la necesidad de captar por todos los medios nuevos adictos a esta sustancia y, de ser posible, cuanto más jóvenes mejor; por tanto, la cantera para cubrir...

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