Proyecto de ley número 60 de 2021 Cámara, por medio del cual se establecen criterios e instrumentos para el uso, manejo y conservación de suelos en Colombia, mediante la creación de la Mesa Nacional de Suelos y se dictan otras disposiciones - 5 de Agosto de 2021 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 879265274

Proyecto de ley número 60 de 2021 Cámara, por medio del cual se establecen criterios e instrumentos para el uso, manejo y conservación de suelos en Colombia, mediante la creación de la Mesa Nacional de Suelos y se dictan otras disposiciones

Fecha de publicación05 Agosto 2021
Número de Gaceta947
Página 16 Jueves, 5 de agosto de 2021 Gaceta del Congreso 947
PROYECTO DE LEY NÚMERO 60 DE 2021
CÁMARA
por medio del cual se establecen criterios e
instrumentos para el uso, manejo y conservación de
suelos en Colombia,
mediante la creación de la Mesa
Nacional de
Suelos y se dictan otras disposiciones.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Colombia posee un valioso y diverso patrimonio en sus suelos, pues cuenta
con once de los doce órdenes de suelos establecidos por el Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos (Servicio de Conservación de Recursos
Naturales - USDA). Según el Sistema de Información Ambiental de Colombia
- SIAC, 22 millones de hectáreas tienen vocación agrícola, aunque por
subutilización[LMDS1] , solo 5 millones se destinan para este fin; 4 millones
vocación agroforestal y 15 millones vocación ganadera, aunque 34 millones
de hectáreas, se destinen para este uso generando problemas de
sobreutilización. [LMDS2]
En términos de alimentación, en Colombia se producen cada año alrededor
de 28,7 millones de toneladas de alimento y aún cuando el 34% de este se
desperdicia, las actividades productivas del sector agrícola aportan más del
6.5% del PIB nacional. En cuanto a los servicios eco sistémicos, se cuenta con
49´601.000 hectáreas de bosques de las cuales 2´011.500m3 son para
producción y 19.000m3 pa ra exportación.
El suelo es un recurso natural finito y dada su fragilidad gran parte se ha
deteriorado como producto de las actividades del hombre. Según el IDEAM,
el 12% de nuestros suelos han perdido o visto afectada su calidad y
capacidad productiva a causa de la degradación de las tierras y alrededor
de 5,4 millones de hectáreas, es decir el 40% del territorio presentan un
desgaste de la superficie del suelo (por erosión) causada por factores como
la lluvia, el agua de riego, el viento, otros agentes naturales o por
actividades humanas. Por este motivo el uso, manejo y conservación del
suelo está sujeto a una planificaci ón compleja para garantizar una gestión
sostenible en términos ambientales, económicos, sociales y políticos.
El suelo es el capital natural estructural de la vida, es importante como
agente activo en los ciclos biogeoquímicos del planeta (ciclos del carbono,
nitrógeno, oxígeno, agua, fósforo, azufre, entre otros) y en las funciones y
servicios ecosistémicos para los seres humanos ya sea en términos de
provisión (producción de comida, forrajes, fibras, madera, medicinas,
generación de energía); regulación (climáti ca, inundaciones, deshechos,
calidad del agua, enfermedades); servicios culturales (recreación, estética,
beneficios espirituales, turismo, valor cultural y conservación del patrimonio
histórico) y servicios de soporte (fotosíntesis, ciclo de nutrientes, formación
del suelo).
Los procesos de degradación del suelo a nivel físico, químico y/o biológico
afectan su capacidad productiva en el tiempo y comprometen su papel
fundamental en las actividades económicas presentes y futuras, ya que
varios de estos procesos llegan a ser irreversibles. Además, la alteración y/o
modificación en detrimento de los componentes del suelo, debido a
sustancias externas, inciden negativamente en la biodiversidad de los
agroecosistemas y en la salud humana.
En el sector agropecuari o se degradan los ecosistemas por la tala, la quema,
el uso inapropiado y el mal manejo de los suelos; así, poco a poco los suelos
han perdido su cobertura vegetal y se han empobrecido en materia
orgánica. El aumento de la precipitación intensiva, la disminución de la
capacidad de almacenamiento de agua por el suelo, los cultivos sin
cobertura vegetal, los surcos en el sentido de la pendiente, la excesiva
mecanización y el sobrepastoreo son las principales causas de escorrentía y
aceleración de procesos erosivos, con la consecuente disminución de la
productividad de los suelos, colmatación de cauces, presas y puertos
marinos, daño en redes de servicios, vías y puentes, desbordamiento de ríos,
pérdidas en cosechas y ganados, inundaciones y colapso de las
edificaciones en poblaciones ribereñas; además de la pérdida de vidas
humanas, afectando la calidad de vida de los habitantes del territorio e
incrementando los niveles de pobreza.
Las diferentes visiones del suelo a lo largo de los años han sido expresadas
mediante regulaciones sectorizadas, individuales y parciales. Se han
expedido normas sobre el suelo como componente del territorio, como
sustrato del desarrollo agrícola (suelo agrícola art 178-180 CNRNR), minero
(Ley 685 de 2001), de vivienda ( Ley 388de 1997 y Conpes 3583), de
infraestructura o com o un bien a ser conservado y protegido . Sin embargo,
dichas regulaciones han resultado ambiguas y contradictorias en algunos
casos, pues ven al suelo como merorecurso natural que puede ser
apropiado y utilizado, muchas veces sin entender las limitaciones necesarias
para su uso adecuado y su conservación. La existencia de esta multiplicidad
de miradas refleja la variedad de intereses que se tienen con respecto al
suelo, principalmente porque es el sustrato[LMDS3] físico donde se
desarrollan y concretan las normas y políticas públicas.
La dispersión, falta de coherencia y vacíos en las normas y políticas con
relación a la gestión sostenible del suelo, así como la débil coordinación
institucional para la formulación y aplicación de dichas normas (debido
entre otros aspectos, a la existencia de multitud de entidades con
competencia o influencia en la toma de decisiones referentes al suelo y a la
falta de comunicación efectiva entre dichas entidades), son aspectos
críticos en el proceso de construcción de la Política para la gestión
sostenible del suelo. Esto muestra que se hace necesario armonizar normas
y fortalecer la institucionalidad referida al tema de suelos para evitar
desgaste del Estado y avanzar en la protección de este va lioso patrimonio
nacional.
Proyectos a nivel nacional como los ejecutados a través del convenio 125
del 2013 entre la Universidad Nacional de Colombia y el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), que llevó a la formulación de la
Política para la gestión sostenible del suelo (MADS; 2016), así como la “Guía
de buenas prácticas para la gestión y uso sostenible del suelo”, resultado de
una iniciativa entre el MADS y la FAO entre 2017 y 2018, han dado lugar a
elementos referenciales básicos que permiten esbozar algunos c riterios para
la construcción de esta Ley.
OBJETO DE PROYECTO DE LEY
La presente ley tiene como objetivo establecer criterios e instrumentos para
el uso, manejo y conservación de suelos en un c ontexto integral en el que
confluyan la conservación de la biodiversidad, el agua y el aire, el
ordenamiento del ter ritorio y la gestión de riesgo, contribuyendo a l desarrollo
sostenible y al bienestar de los colombianos y residentes en el país a través
de un sistema unificado, en donde converjan la institucionalidad, la
participación ciudadana, la planeación y la normatividad, mediante la
creación del Servicio Nacional de Suelos y la Mesa Nacional de Suelos.
El presente proyecto se basa en la Política Nacional para la Gestión Integral
Ambiental del Suelo (GIAS) formulada por el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible, como resultado del convenio de Asociación No. 160
de 2011 suscrito entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el

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