La prueba de amor que ni el tiempo ni la muerte pudieron destruir - 3 de Diciembre de 2011 - El Tiempo - Noticias - VLEX 336162662

La prueba de amor que ni el tiempo ni la muerte pudieron destruir

EL TIEMPO conoció uno de los seis cuadernos que el coronel Edgar Yesid Duarte hizo en su cautiverio. Son 177 páginas con fábulas, poemas y dibujos para Viviana. (Vea acá galería de fotos del diario).

"Como homenaje de amor te hice este cuaderno que espero guardes como un tesoro de amor que te haga recordar cada vez que veas a tu lejano y difuso padre, confinado a una selva cumpliendo una sentencia que por capricho los hombres inventaron pero que aún así ni la distancia y el tiempo podrán hacerme olvidar el angelito que por amor engendré".

Ese primer párrafo de la página 91 le ayudó a Viviana Duarte a conocer a su papá, de quien se despidió a los 2 años y nunca más volvió a ver con vida. Se tuvo que conformar con las pruebas de supervivencia en las que siempre vio a un ser sin libertad.

Son 177 páginas de un cuaderno cuadriculado que hoy descansa intacto en un altar donde está la foto del coronel de la Policía Edgar Yesid Duarte Valero, asesinado en un tiro de gracia en compañía del mayor Elkin Hernández Rivas, el sargento José Libio Martínez (el secuestrado más antiguo del país) y el intendente Álvaro Moreno.

Las páginas sobrevivieron al cautiverio y a los disparos que dejó el fatal enfrentamiento del pasado sábado.

"Una de las cosas que más me impacto es un dibujo de un león amarillo que intenta soltarse de varios lazos que lo tienen amarrado, pero está así, amarrado", cuenta la joven de 16 años.

"Los encontraron los investigadores de la Fiscalía que llegaron al lugar donde ocurrió el múltiple asesinato. Estaban ahí tirados en la selva del Caquetá", cuenta la hija del oficial.

No se puede describir el significado que hoy tienen estos papeles impregnados de su drama, de su escritura y de sus dibujos para la joven. Desde que lo recibió, la noche del jueves, en una ceremonia en el Club de Agentes de la Policía, no ha parado de leer.

"Yo creo que él lo que buscaba era educarme a medida de iba creciendo -dice Viviana-. Cada valor que quería enseñarme, cada norma, todo lo que pensó en decirme en persona lo escribió y lo dibujó en estas hojas".

Y es cierto. En la primera página, pintado de amarillo, rojo y verde, queriendo expresar un arco iris está el nombre de Viviana.

Lo acompañan un equipo de hombrecitos con uniforme de trabajo que, con baldes y rodillos llenan de color el nombre de la hija del coronel Duarte, que no llegó a ver nunca más debido al plagio de que fue víctima.

Una y otra vez, en su largos días en mitad de la manigua y en las...

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