El pueblo indígena que gana ultramaratones corriendo en sandalias - 11 de Febrero de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 702453713

El pueblo indígena que gana ultramaratones corriendo en sandalias

Santiago Villadiego mogollón - EL TIEMPO@svilladiegom

La foto de una indígena tarahumara en lo más alto del podio de una ultramaratón de 50 kilómetros celebrada en Puebla (México) se volvió viral en abril del año pasado. Sin embargo, no era la primera vez que algo así ocurría. Miembros de ese mismo pueblo ya habían ganado carreras de larga distancia en Canadá, España y Francia. Incluso, en el 2016 se los vio corriendo por las calles de Boston, en uno de los maratones más importantes del mundo. Sus victorias hicieron que muchos se preguntaran cómo es posible que una comunidad indígena que corre en taparrabos o faldas, túnicas multicolores y sandalias venza en carreras oficiales a atletas patrocinados por grandes marcas, que cuentan con toda la tecnología para aumentar su rendimiento. La respuesta a ese interrogante estuvo escondida durante más de 400 años en las montañas del norte de México. Los tarahumaras, conocidos también como rarámuris (que significa ‘con pies ligeros’), habitan la Sierra Madre Occidental, en el suroeste del estado de Chihuahua. Según cuenta el escritor Christopher McDougall en su libro Nacidos para correr: el misterioso pueblo de los tarahumaras, un grupo de superatletas, cuando los españoles llegaron a esa parte de América, los tarahumaras decidieron no pelear, a diferencia de los aztecas y los mayas. De manera pacífica se retiraron hacia las Barrancas del Cobre y permanecieron allí durante más de 400 años, casi sin ser percibidos por el mundo moderno. La carrera que les dio fama Quien los puso en los ojos de la opinión pública fue el corredor aficionado Rick Fischer. A comienzos de los años 90, llevó a un puñado de ellos a la famosa ultramaratón Leadville Trail 100, que desde 1983 se realiza cada año en Colorado (Estados Unidos). Además de la increíble distancia que recorren los participantes (160 kilómetros de bosques, ríos y montañas), el pequeño pueblo de Leadville está ubicado a 3.081 metros sobre el nivel del mar, así que también se debe lidiar con la altura, que en algunos puntos de la carrera alcanza los 3.800 metros. Los tarahumaras salieron a escena por primera vez en el verano de 1992. Participaron cinco, pero todos abandonaron antes de alcanzar la mitad del recorrido. Según McDougall, los corredores de las Barrancas del Cobre no pudieron acostumbrarse a las condiciones del terreno (varios tramos se disputan sobre asfalto). Además, en la jornada nocturna que tiene la carrera sostuvieron las linternas como...

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