En la puerta del horno - 21 de Octubre de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 470169318

En la puerta del horno

CARTA DEL DIRECTOR

Faltan pocos días antes de que la plenaria de la Cámara de Representantes debata el texto de la reforma a la salud, que la semana pasada fue aprobada por el Senado. En contra de las expectativas que hablaban de que sería muy difícil sacar adelante la iniciativa dado el clima preelectoral, todo indica que las bancadas adscritas a la Unidad Nacional van a cumplir la promesa hecha en la Casa de Nariño, de darle luz verde al articulado en la presente legislatura. Así las cosas, el país está cerca de completar un cambio fundamental en un tema que interesa a todos los colombianos, pues no hay que olvidar que la cobertura del actual sistema es prácticamente universal. Si bien en el pasado han tenido lugar algunas transformaciones, ninguna se compara con la presente que, junto con la ley estatutaria que vio la luz en el primer semestre, constituyen el cambio más radical, desde cuando la estructura que hoy rige fuera diseñada dos décadas atrás. La mayoría de las dudas se centran en el nuevo ente –Salud Mía– cuya función será la de convertirse en el corazón financiero del sistema y tendrá a su cargo la administración de unos 40 billones de pesos anuales, lo cual incluye recaudos y pagos, aparte de las afiliaciones de toda la población. Según los estimativos hechos, ello implica cuatro millones y medio de transacciones mensuales, algo que demandará no solo inversiones importantes, sino un esfuerzo organizativo descomunal. Un colapso eventual se traduciría en la falta de atención a miles de pacientes, lo que ocasionaría el rechazo de la ciudadanía. No obstante, el principal peligro es que tal como ha sucedido en otros casos en el pasado, la nueva institución se vuelva parte de las cuotas políticas y se torne propensa a la corrupción. Esa es la razón por la cual diversos analistas han hecho sonar sus alarmas, ante las cuales el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, ha dicho que asume la responsabilidad de hacer las cosas bien. Y el anterior no es el único reparo que se le hace a la propuesta gubernamental. Tampoco queda claro un asunto como es el de definir a qué tratamientos tiene derecho el público y a cuáles no. Es incuestionable que parte de los problemas actuales del sector tienen que ver con el que, en la práctica, es un plan de beneficios ilimitados que es requisito...

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