Reformando el infierno: los tribunales y la transformación del campo penitenciario en América Latina
Autor | Libardo José Ariza Higuera |
Páginas | 19-108 |
Y así pasa el día en medio de signos, de sórdidos
hitos que anuncian una sola presencia: el miedo. El
miedo de la cárcel, el miedo con polvoriento sabor
a tezontle, a ladrillo centenario, a pólvora vieja, a
bayoneta recién aceitada, a rata enferma, a reja que
gime su óxido de años, a grasa de los cuerpos que
se debaten sobre el helado cemento de las literas y
exudan la desventura y el insomnio.
Diario de Lecumberri
Álvaro
Y, de repente, empezó a crecer sobre la ciudad el
circular como coliseo romano, circular como circo de
ajustado a los más modernos conceptos de la cons-
trucción penitenciaria, de la que eran maestros los
arquitectos norteamericanos.
El recurso del método
Alejo
Libardo José
* Agradezco a Manuel Iturralde por su generosa colaboración
señalándome fuentes y textos que no conocía, así como a Julieta
Lemaitre y a César Rodríguez por sus valiosos comentarios a una
versión anterior de este texto.
Los muros de la infamia
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EL DILEMA DE LA REFORMA
La situación de las prisiones en América Latina se
encuentra en el centro de la agenda jurídica y política
reciente. La prisión, lejos de perder protagonismo,
se ha posicionado como una de las instituciones
preferidas por los Gobiernos regionales para respon-
der a las manifestaciones criminales resultantes de la
inequidad social. En un contexto de pobreza exa-
cerbada, violencia y criminalidad, el protagonismo
excesivo de la pena privativa de la libertad explica el
colapso de un aparato penitenciario que no responde
a la creciente segregación punitiva. Su éxito supone
su fracaso paralelo. El resultado más visible de esta
paradoja es la violación masiva y sistemática de los
derechos fundamentales de las personas presas. El
hacinamiento, la violencia, la escasez de programas
de resocialización, la selectividad del encierro y la
utilización abusiva de la detención preventiva son
preocupaciones comunes para activistas jurídicos
y funcionarios públicos. Tanto unos como otros
misma necesidad y una agenda común: intervenir y
reformar.
El sentido de la intervención y los resultados de
los procesos de reforma, sin embargo, parecen estar
atrapados dentro de los muros políticos y conceptua-
les del hacinamiento. Aunque las denuncias de los
activistas sociales y jurídicos se basan en una amplia
gama de situaciones, las respuestas gubernamenta-
les y judiciales giran, fundamentalmente, en torno
al exagerado desequilibrio entre personas presas y
cupos penitenciarios. El hacinamiento se convierte en
la causa que explica la precariedad de las condiciones
Reformando el inerno: los tribunales y la transformación del campo
penitenciario en América Latina
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de reclusión y la violación de derechos que supone
y, como consecuencia, limita las respuestas posibles.
El hacinamiento es el marco que hace inteligible la
reforma y la intervención.
El hacinamiento domina la imaginación de los
tribunales. Desde el punto de vista judicial se cree
que su desaparición implicará el funcionamiento
óptimo del aparato penitenciario, o por lo menos un
paso muy importante en esta dirección. Por ello, la
cuestión penitenciaria se convierte en una operación
matemática, en donde el cociente resultante de divi-
dir el número de personas encerradas por la cantidad
de cupos señala el grado de violación de derechos
fundamentales. El importante debate sobre la jus-
infrahumanas, y sobre las respuestas judiciales posi-
bles, es dejado de lado. La respuesta de los tribunales
a las demandas relacionadas con los derechos de las
personas presas se ha concentrado, salvo contadas
excepciones, en el fortalecimiento institucional y en
el control consecuente de los males producidos por la
sobrepoblación penitenciaria, tocando de manera
retórica, en el mejor de los casos, cuestiones tan im-
portantes como la legitimidad de una normalizada
detención preventiva prolongada y la posibilidad de
imaginar otras respuestas judiciales a las demandas
contra el encierro penitenciario en condiciones infra-
humanas.
El hacinamiento ha dejado sin espacio a otras
formas de aproximación al problema. Se ha conver-
tido en un lugar común señalar que las prisiones
están dominadas por la muerte, la discriminación y
el terrible designio del cacique. Tenemos la certeza
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