Repensemos nuestra democracia - 5 de Octubre de 2022 - El Tiempo - Noticias - VLEX 912007258

Repensemos nuestra democracia

El agite ideológico y político de estos días a propósito del nuevo gobierno, que comprende debates sobre si en verdad estamos frente al primer gobierno de izquierda o de alcance socialdemócrata, si se está profundizando la democracia, si, otra vez, desaparecieron las fronteras entre los partidos, entre otros, es un buen escenario para que reflexionemos sobre el alcance de la democracia en Colombia. No siempre precisamos si por democracia entendemos la celebración periódica de elecciones, dejando de lado todas las demás condiciones que permiten realmente al ciudadano participar en la integración de los órganos del poder y en la conducción de los asuntos públicos. Solemos repetir muchos lugares comunes, como el de que somos la democracia más sólida de la América Latina, sin reflexionar si es una realidad o no. A comienzos del siglo XX, por un ‘chocorazo’, tuvimos la dictadura de Reyes, una constituyente de bolsillo que le prorrogó el periodo al dictador que finalmente terminó huyendo por Santa Marta. Para salir del Estado de hecho que dejó el dictador, se acudió a un mecanismo no previsto y reorganizar el Estado de derecho a través del acto legislativo n.º 3 de 1910, con una constituyente que designó presidente provisional. En 1949, cuando el presidente Ospina Pérez iba a ser juzgado por el liberalismo, cerró el Congreso y el país fue gobernado durante 10 años por decretos de estado de sitio y, en la práctica, desapareció la separación de poderes. Recientemente, en El Espectador, el abogado e historiador Guillermo Pérez, recordó que el 6 de septiembre de 1952, durante el régimen conservador de Laureano Gómez, fueron incendiadas las casas de los jefes Carlos Lleras y Alfonso López, quienes tuvieron que irse al exilio. En 1953 hubo el golpe militar del general Rojas Pinilla, quien gobernó de facto hasta 1957, por cierto, con el apoyo de muchos políticos conservadores y uno que otro ‘lentejo’ liberal. En 1957, Rojas Pinilla fue reemplazado por una junta militar que él mismo designó. Esa junta, asesorada por políticos de los dos partidos, usó un mecanismo no previsto hasta entonces -el plebiscito- para restablecer el orden constitucional. Esta convocatoria de facto, necesaria para terminar la violencia liberal conservadora, diseñó...

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