Saber tocar - 5 de Marzo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 840971351

Saber tocar

De todos los personajes secundarios y trágicos de la historia universal, que son muchos, la mayoría, ninguno me conmueve más ni me cae mejor que Pete Best, el famoso (o más bien todo lo contrario) baterista de los Beatles que dejó de serlo justo en la víspera de que el grupo grabara su primer disco y se volviera muy pronto lo más importante que le ha pasado a la humanidad desde el principio de los tiempos, como para ser muy precisos. El argumento que daban John, Paul y George para sacarlo era que Pete había sido su baterista de los malos tiempos. Pero no solo por la pobreza y la dureza de la vida antes de la fama, sino porque el infeliz no sabía ni siquiera llevar bien el compás, decían. Entonces le dieron la orden a su mánager, Brian Epstein, de que fuera él quien echara a Pete Best del grupo. Y así lo hizo, justo en la antesala de la gloria y la eternidad. A muchos de los fieles de la banda, en su ciudad natal, Liverpool, les pareció una injusticia esa decisión. Incluso hubo quienes llegaron a hablar de un rapto de envidia de los otros tres, pues Pete era guapísimo, con un aire melancólico de James Dean que lo volvió el favorito de las fans. John Lennon lo resumió mejor muchos años después cuando dijo: "Pete Best era un buen baterista pero Ringo era un Beatle...". Lo cierto es que en 1962 el destino del músico repudiado y sus viejos amigos se bifurcó, se partió en dos. Y mientras ellos se hacían ricos y famosos, como nadie más en su tiempo, él se dedicó a la panadería, primero, y luego a ejercer como asesor en una agencia de empleos, donde tenía que cumplir el curioso oficio -es casi un chiste- de convencer a quienes no conseguían trabajo en su área de que buscaran otra cosa para hacer en la vida. A veces Pete Best volvía a tocar la batería, incluso formó un grupo con su nombre y grabó un par de discos festivos y sin pretensiones; el compás no es perfecto, pero a quién le importa ya. Se casó con una mujer extraordinaria, según sus palabras, con la...

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