Seguir avanzando - 1 de Septiembre de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 810322985

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Algo se han decantado ya las aguas, setenta y dos horas después de la tormenta causada por la divulgación en redes sociales del video en el que el exjefe negociador de las Farc, alias Iván Márquez, en compañía de un puñado de antiguos comandantes de esta exguerrilla anuncian su decisión de retomar las armas. Se debe resaltar de entrada un hecho positivo: el rechazo a este discurso amenazante ha sido unánime en tiempos de polarización. Aunque es cierto que los argumentos han variado. De manera acertada, el presidente Iván Duque advirtió sobre la verdadera naturaleza de este grupo minoritario, haciendo énfasis en la necesidad de no dejarse engañar por falsos ropajes ideológicos. Como corresponde, ordenó a la Fuerza Pública perseguirlos, al tiempo que reafirmó el compromiso de su gobierno con el cumplimiento de lo que le corresponde al Estado en la tarea de acompañar el regreso a la vida civil de los excombatientes, más de 8.000, que siguen del lado de la paz. Un reconocimiento merece también la postura asumida por Rodrigo Londoño y otros líderes del actual partido Farc, quienes calificaron la actuación de ‘Márquez’ como una equivocación delirante, al tiempo que insistieron de forma clara y contundente en que su compromiso con el proceso es indeclinable. Y es que, como ya se dijo desde estos mismos renglones, sería necio negar que se trata de un sacudón fuerte al proceso de paz, pero esta realidad no obsta para hallar en el insuceso una oportunidad de aglutinar apoyos en torno a esta causa y lograr un nuevo impulso en clave de unión nacional. Tarea en la que poco ayudan esas lecturas, vistas también, en las que el Gobierno aparece como corresponsable de la decisión de ‘Márquez’ y su gente. En este orden de ideas, la hoja de ruta a estas alturas no admite mayor discusión. La Jurisdicción Especial para la Paz debe actuar con celeridad, expulsando a quienes aparecieron en la pieza audiovisual, desafiantes, esgrimiendo armamento, para que pueda proceder contra ellos la justicia ordinaria. A nivel diplomático, se debe dejar muy claro que es la codicia propia de la extracción de rentas ilegales y no una ideología lo que mueve a esta disidencia. Al tiempo, hay que repetir una y mil veces que la dictadura venezolana la apoya, brindándole refugio en su territorio y permitiéndole, como al Eln, traficar con drogas y minerales indebidamente extraídos. Igual o más importante que lo anterior es no bajar la guardia en la ejecución de los programas y...

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