Hasta siempre, Macorina - 16 de Noviembre de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 745799857

Hasta siempre, Macorina

Cuando mi compadre Alejandro Obregón decidió que debía conseguirme trabajo, viajamos a Bogotá. Eran los años setenta. El maestro andaba confiado y alegre porque iba a visitar a su gran amigo Nano, Hernando Santos, director de EL TIEMPO. Allá llegamos. Entramos a una oficina llena de luz, anunciados por una secretaria impecable y recibidos por Luis Noé Ochoa, su fiel colaborador. Don Hernando era un señorón perfumado, elegantísimo en terno y corbata y tirantas, que abrazó a Alejandro, lleno de calor y admiración manifiesta. Cuando supo que yo trabajaba en cine y había apenas terminado una película con Marlon Brando, él, cineasta empedernido, se ocupó enseguida de mí. En esta ocasión yo entendí el verdadero significado de la palabra ‘poder’. Cuando le dije que podría ser en publicidad, miró a lo lejos, me hizo un gesto de pare con la mano alzada y, con una sola llamada a su sobrina María del Rosario Ortiz -quien acaba de dejarnos para irse a los escenarios celestiales-, en menos de trece minutos me consiguió un puesto de primera en una de las mejores agencias del país: Leo Burnett Novas S. A. Pero no fue solo el puesto, fue una familia que me recibió en Bogotá. María del Rosario y Fernando Contreras (¡gracias, hermanos!) me abrieron su casa y su corazón, y se cimentó una amistad que duró casi 50 años. En su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR