Silva y Villalba, eternos contra viento y marea - 19 de Mayo de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 679400437

Silva y Villalba, eternos contra viento y marea

Francisco Celis Albán Editor EL TIEMPO Esas vainas raras de la condición humana. Este par de señores, don Rodrigo Silva y don Álvaro Villalba, monumentos vivientes de la música colombiana del interior, han sobrevivido a todas las adversidades, toda clase de peripecias vitales y quebrantos de salud, como ya veremos, para seguir siendo hoy los reyes en un territorio cuyos príncipes eran también dos, Darío Garzón y Eduardo Collazos, porque llegan a los 50 años juntos sin que sepan ni siquiera ellos mismos cómo han logrado semejante proeza. Todo por esta música interiorana: bambucos, pasillos, rajaleñas, danzas... Por una música que ya hace más de 30 años el comercio disquero se confabuló para sacar del mercado y conseguir que fuera vista como de museo, pero que sigue viva y campante en el corazón, pero sobre todo en los oídos y en la memoria de millones de colombianos de sucesivas generaciones. Hoy juegas la ruleta y en sus vueltas locas ganas oropel... Se despidieron hace unos años de los escenarios, para un retiro discreto, oportuno por sus circunstancias de salud, pero no ha sido posible. Organizadores de festivales folclóricos y empresarios los llaman con frecuencia para rendirles homenajes o para convidarlos a actuar nuevamente. Algunas veces pueden asistir. Por ejemplo mañana en la noche, en el teatro Jorge Eliécer Gaitán, de Bogotá, donde serán los protagonistas de un homenaje a las madres, al lado de La Gran Rondalla Colombiana, una agrupación que se empeña en darles renovado brillo a los aires del interior y a melodías de las distintas regiones del país (ver recuadro). ¿Cuál es el secreto de haber podido durar medio siglo juntos?, le pregunto a Silva. –Viéndonos muy poco. Y ríe. Casi no hay en una entrevista un tema que no lo convierta en risa. Rodrigo desde 1999 conoció el lado amargo de la vida. Con el indoblegable sentido del humor que le caracteriza, él mismo subtituló un capítulo de su libro autobiográfico dedicado al tema como El hombre de la mancha. Fue por una foto que alguien le mostró, en la que aparecía en una tarima cantando con ¡una mancha negra que se veía en su paladar! Parecía una sombra producida por efecto de la fotografía, pero Carolina, la esposa de Rodrigo, incrédula, le pidió abrir la boca y ahí estaba. Era cáncer. “Muchos periodistas han dicho que tengo cáncer en la garganta, eso no es verdad”, dice. Lo que ha venido sucediendo desde entonces ha sido relatado por los medios de comunicación una y mil veces. Las...

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