Soplan con fuerza vientos de una nueva ‘guerra verde’ - 14 de Septiembre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 528000158

Soplan con fuerza vientos de una nueva ‘guerra verde’

atentados

Esa es la suma que mueve cada año la minería de esmeraldas en Colombia y que se queda en las mismas familias que hoy mantienen la disputa.

300

MIL MILLONES DE PESOS

tensión

Violencia

Redacción Justicia La pasión por los gallos de pelea, a los que en las épocas de bonanza podían apostarles hasta 20 millones de pesos en una sola noche, jugó su parte en el destino fatal de dos ‘históricos’ de la zona esmeraldera: Luis Murcia, el ‘Pequinés’, y José Alejandro Rojas, ‘Martín Rojas’. El ‘Pequinés’ fue asesinado el jueves en Arbeláez (Cundinamarca) y se convirtió en la última víctima reportada de la nueva ‘guerra verde’. Rojas murió en mayo pasado. Al primero lo sorprendieron los asesinos cuando atendía sus animales, a varios de los cuales había mandado traer desde el occidente de Boyacá. Alcanzó a correr hacia un cafetal, donde recibió siete tiros de armas automáticas sin lograr desenfundar su revólver calibre 38. Sus allegados no descartan, incluso, que los que lo habían sentenciado a muerte hayan seguido a las camionetas blindadas que hacían esos exóticos viajes hacia el lugar donde el ‘Pequinés’ hubiera decidido establecerse, nunca por más de unos pocos días. A ‘Martín Rojas’ lo mataron en una gallera del suroccidente de Bogotá, donde le habían puesto una cita de negocios y lo habían invitado a una apuesta. Ambos superaban los 60 años de edad y aunque seguían siendo respetados como ‘patrones’ de la zona esmeraldera, estaban lejos de los lujos y los enormes aparatos de seguridad que llegaron a tener hace poco más de dos décadas, cuando eran cabezas de un ejército de centenares de hombres armados de fusiles que se enfrentaron al bando liderado por Víctor Carranza y Gilberto Molina en una guerra que dejó entre 800 y 2.000 muertos en Boyacá y Cundinamarca. El pacto que le puso fin a la matanza lo firmaron en 1991 Carranza y Murcia bajo los buenos oficios de la Iglesia católica, y mantuvo la relativa tranquilidad en el turbulento mundo de las esmeraldas hasta el 2009. Ese fue el año del primer atentado contra Carranza y del inicio de una disputa abierta entre el bando del viejo ‘zar’ y el de Pedro Nel Rincón, ‘Pedro Orejas’, un hombre que en los 80 trabajaba con sus hermanos para el ‘Pequinés’ y que hoy era considerado como su principal enemigo. La incapacidad del Estado El asesinato de Luis Murcia Chaparro no solo es el golpe más grave contra el sector de Carranza, que falleció de cáncer el año pasado y cuyo imperio está hoy sobre los...

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