El sueño de libertad de Woodstock 69 sigue ahí - 16 de Agosto de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 524242810

El sueño de libertad de Woodstock 69 sigue ahí

Carlos Solano Cultura y Entretenimiento Imagínese que ha ido al peor de los conciertos que ha habido en Bogotá: en medio de un potrero, el barro se le trepa por las piernas. Si intenta llegar a los inodoros portátiles, descubre que están inutilizables porque se llenaron los depósitos; en cambio, la comida y el agua se han acabado. Y si en medio del aire enrarecido por el olor a marihuana se le ocurre salir de allí, nota que todas las salidas están bloqueadas. Y lo peor es que el suplicio no durará tres días, como habían prometido, sino cuatro. Así, tal cual, fue el festival de Woodstock 1969, el concierto más querido de la historia del rock, que se celebró hace exactamente 45 años. Eran otros tiempos y otros afanes. No había lugar para los gruñones: no existía la percepción de comodidad que se exige hoy en un evento masivo. Tampoco posicionamiento de marcas, extensas cláusulas de seguridad, salas VIP ni anillos de acceso. La generación que se encontró entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 en la finca del granjero Max Yasgur en White Lake (Nueva York) celebraba la libertad sin miramientos. No fue bonito para todos También hay un romanticismo implícito en la forma como Woodstock es recordado, propio de la cultura hippie, que no coincide con el mismo recuerdo de personajes como Pete Townshend, el guitarrista de The Who, de quien es recordada esta cita: “Lo que ellos (los hippies) pensaron que era una sociedad alternativa fue básicamente un campo lleno de lodo de dos metros de profundidad encajado con LSD. Si ese era el mundo en el que ellos querían vivir, entonces que se jodan todos”. “Woodstock fue único porque había medio millón de personas y ninguna quería apuñalar a otra, eso no había pasado antes”, le dijo la cantante Grace Slick, de Jefferson Airplane, a The New York Times. ¿Qué hizo a ese Woodstock tan inolvidable? (de hecho, las posteriores dos ediciones, de 1994 y 1999, pasaron al total olvido). Por supuesto, el primer factor son las presentaciones para la posteridad de la historia del rock, que fueron inmortalizadas en el documental Woodstock: 3 Days of Peace and Music, ganador del premio Óscar en su categoría, publicado para los 40 años, y que ahora ha sido editado en Blu-ray. Primero, Carlos Santana con su banda, en comunión con el teclista Gregg Rolie, entregando el sábado versiones únicas de Soul Sacrifice o Black Magic Woman, y el mundo se enteraba de quién era este guitarrista mexicano desconocido. “Woodstock fue como en esa...

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