Tarantino: - 21 de Mayo de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 931721207

Tarantino:

un grande con mirada de niñoUna vez quise recoger mis pasos y, armado de un álbum fotográfico, llamé a la puerta de la casa en la que viví mis primeros diez años. El señor que ahí vivía me dejó entrar y recorrerla. Era mucho más pequeña de lo que yo recordaba. El patio interior, que en mi memoria era una pampa, en el presente estaba reducido a un cubículo claustrofóbico, los corredores eternos se habían acortado y las habitaciones palaciegas se habían estrechado hasta las proporciones de la clase media que mis padres podían pagar. El techo lejanísimo como una bóveda celeste estaba al alcance de mi mano. Desde entonces, además de evitar ciertos sitios que conservo dentro de mí en toda su grandeza, no he querido reencontrarme con algunas personas, releer algunos libros y, por supuesto, volver a algunas películas que me hicieron inmensamente feliz en la niñez sin que las arruinara el adulto que ahora soy. Quisiera ser como Quentin Tarantino, que a sus sesenta años sigue fascinado por las mismas películas que entre 1968 y 1981 dejaron una impronta en su memoria, lo convirtieron en uno de los directores más importantes del mundo y son el material de Meditaciones de cine, su segundo libro. Una introducción, trece filmes que le dan nombre a igual número de capítulos —los vi o repetí todos para esta reseña—, tres interludios y un epílogo comprenden este volumen que es muchas cosas a la vez: una memoria personal, una historia del cine norteamericano de la segunda mitad del siglo XX, el análisis profundo de un puñado de películas, una reivindicación del cine de género, la cartografía nostálgica de Los Ángeles a través de sus teatros desaparecidos, un recuento de directores y actores olvidados, el establecimiento de un canon personal, una declaración de principios, un ajuste de cuentas y una clave para entender el origen de algunas escenas memorables en su filmografía. Como el Funes de Borges, Tarantino recuerda el teatro en el que vio cada película por primera vez, la segunda película cuando era función doble, las ocasiones en las que volvió a verla y pareadas con qué filmes cuando era el caso, sus acompañantes, las reacciones del público en determinadas escenas y, por si fuera poco, en una ocasión relata qué compró en la cafetería. Asistimos a lo largo del libro a incontables salas de cine mientras en segundo plano atisbamos a su madre, las amigas con las que ella vivía y los pretendientes que la frecuentaban, seguimos al joven Quentin en sus entusiasmos adolescentes, lo acompañamos en su juventud de febril friki fanático en formación, vislumbramos el fruto de su trabajo en el videoclub Video Archives y somos testigos de su salto a la...

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