Teorías del valor: coincidencias y divergencias en la economía y la antropología social - Núm. 33, Julio 2015 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 845672780

Teorías del valor: coincidencias y divergencias en la economía y la antropología social

AutorJuan José García del Hoyo - Celeste Jiménez de Madariaga
CargoCatedrático de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa, Universidad de Huelva, España - Profesora titular de Antropología Social, Facultad de Humanidades, Universidad de Huelva, España
Páginas109-131
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Juan José García del Hoyo
*
Celeste Jiménez de Madariaga
**
TEORÍAS DEL VALOR:
COINCIDENCIAS Y DIVERGENCIAS
EN LA ECONOMÍA Y LA
ANTROPOLOGÍA SOCIAL
Desde la consolidación de la economía y la antropología hay
cierta incompatibilidad entre ellas, debido quizá a diferencias
metodológicas: la contraposición entre lo cualitativo y lo cuantitativo,
que algunos autores simbolizan con el término Q2 para señalar que
son los “dos extremos a lo largo del continuo de las ciencias sociales”
(Bardhan y Ray, 2008, 427-428). Aunque en la antropología surgió
una rama dedicada a temas “económicos”, la economía suele omitir sus
aportes. Por ejemplo, F. Knight, fundador de la Escuela de Chicago, en
su polémica con M. Herskovits –quien acuñó el término “antropología
económica”– hizo duras afirmaciones y proclamó que la economía era
la única ciencia social que empleaba el método hipotético deductivo;
aunque este episodio fue intrascendente porque la mayoría de los
economistas se mantuvo indiferente ante una disciplina “dedicada a
culturas primitivas” (Hamilton, 1991, 937).
Este artículo revisa las respuestas de ambas disciplinas al problema
del valor, muestra su complementariedad y la necesidad del estudio
interdisciplinario. Primero revisa la interacción entre economía y an-
tropología económica y sus dificultades. Luego considera el concepto
de valor, muestra los aportes de las principales escuelas de pensamiento
económico y destaca las discrepancias entre las corrientes objetivistas
y subjetivistas. Después muestra la influencia de la antropología social
* Catedrático de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa,
Universidad de Huelva, España, [hoyo@uhu.es].
** Profesora titular de Antropología Social, Facultad de Humanidades, Universidad
de Huelva, España, [celeste@uhu.es]. Fecha de recepción: 26 de marzo de 2014,
fecha de modificación: 28 de julio de 2014, fecha de aceptación: 29 de octubre
de 2015. Sugerencia de citación: García del Hoyo, J. J. y C. Jiménez M. “Teorías
del valor: coincidencias y divergencias en la economía y la antropología social”,
Revista de Economía Institucional 17, 33, 2015, pp. 109-131. DOI: http://dx.doi.
org/10.18601/01245996.v17n33.05
y la etnología en la visión institucionalista. Luego trata el concepto
de “cosa útil” vinculándolo a las necesidades y a la idea de utilidad.
Termina con unas conclusiones que destacan la convergencia entre
ambas disciplinas en los últimos años.
EL DIFÍCIL MARIDAJE ENTRE ECONOMÍA Y ANTROPOLOGÍA
Aunque en un comienzo no se hacían estudios específicos de antropo-
logía económica, la etnografía clásica resalta la importancia de incluir
los aspectos económicos para entender mejor los sistemas culturales,
como atestigua la obra de Malinowski, Firth y Evans-Pritchard. En
la formación de la antropología económica, a partir de la propuesta
de Herskovits, hubo un debate entre dos corrientes contrapuestas: la
formalista, para la cual los principios de la economía neoclásica se
podían emplear para estudiar cualquier sociedad, y la sustantivista,
que los rechazaba porque eran cuestionables en el estudio de las
“sociedades primitivas”. En medio de esta controversia, surgió una
corriente de orientación marxista, integrada entre otros por M. Ha-
rris, A. F. Wallace y M. Godelier, que proponía “analizar y explicar las
formas y estructuras de los procesos materiales de cada sociedad [...]
principalmente los ‘modos de producción’ y las ‘estructuras económico
sociales’” (Godelier, 1981, 13).
Ambas disciplinas se han ignorado mutuamente, como mues-
tran algunos estudios sobre citación en revistas científicas, como
el de Pieters y Baumgartner (2002) en revistas de ciencias sociales
publicadas entre 1995 y 1997, o el de Pearson (2002), que examinó
veintitrés revistas de economía publicadas entre 1955 y 2000. Pese
a ese aislamiento relativo, en el campo de la economía se empezó a
impulsar una visión interdisciplinaria en los años sesenta. Uno de los
primeros trabajos en el que colaboraron economistas y antropólogos
fue el de Devons y Gluckman (1964), que reconocieron la dificultad
de cruzar las fronteras entre sus disciplinas y propusieron maneras
de abordar problemas económicos desde la óptica de la antropolo-
gía. Joy consideró inviable la aplicación de modelos antropológicos
en economía y viceversa, sin utilizar métodos y variables de la otra
disciplina, y subrayó la necesidad de mayor cooperación.
La distancia entre antropólogos y economistas obedece, entre
otras razones, al tipo de sociedades que estudiaron inicialmente y a
sus diferentes perspectivas (Hamilton, 1991, 938). Los economistas se
ocupan de una sociedad donde predomina la economía de mercado,
mientras que los antropólogos empezaron estudiando sociedades no
mercantiles y consideraban inaplicable la teoría económica formal en
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R  E I, . , .º ,  /, . -
Juan José García del Hoyo y Celeste Jiménez de Madariaga

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