Tiempos de incertidumbre. Causas y consecuencias de la crisis mundial - Núm. 19, Julio 2008 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 846377243

Tiempos de incertidumbre. Causas y consecuencias de la crisis mundial

AutorCesar Ferrari
CargoDoctor en Economía
Páginas55-78
César Ferrari
*
Hace poco más de tres décadas, John Kenneth Galbraith, profe-
sor insigne de la Universidad de Harvard, escribió La era de la
incertidumbre, base de una famosa serie de televisión de la BBC que
se divulgó en 1977. En su prólogo, el profesor Galbraith explicaba
la razón del título; no sólo era simple y directo sino que resumía el
tema del libro: el contraste entre la certeza de las ideas económicas y
sociales que predominaban en el siglo XIX y comienzos del XX y la in-
certidumbre con que se abordaban los problemas en ese momento.
Poco después, la incertidumbre fue abandonada por los seguidores
del monetarismo y de la “nueva economía clásica”, y en las ciencias
políticas un conocido autor estadounidense, Francis Fukuyama
(1992), pronosticó el fin de la historia. Estaban convencidos de que
sus postulados de democracia representativa y libre mercado sin inter-
vención del Estado serían permanentes. Parecía darles la razón el fin
del llamado sarcásticamente “socialismo realmente inexistente” como
alternativa de organización política y económica, como consecuencia
de sus propias contradicciones e ineficiencias.
Pero la actual crisis económica ha terminado ese triunfalismo y
derrumbado la certeza de que esos postulados serían permanentes;
igual que la certeza del siglo anterior, ha sido sustituida por una gran
TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA
CRISIS MUNDIAL
*
Doctor en Economía, profesor titular del Departamento de Economía de la
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, [ferrari@javer iana.edu.co].
El autor agradece los comentarios y sugerencias de Álvaro Montenegro y Mary
Berríos, profesores de la Universidad Javeriana. Los errores que subsisten y las
propuestas son responsabilidad del autor y no comprometen a la institución a
la que está vinculado. Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2008, fecha de
modificación: 20 de noviembre de 2008, f echa de aceptación: 3 de diciembre
de 2008.
Revista de economía institucional, vol. 10, n.º 19, s e g u n d o semestRe/2008, pp. 55-78
incertidumbre sobre el devenir del capitalismo. Incertidumbre que se
empezó a hacer patente desde mediados de 2007, con una sucesión
de noticias sorprendentes. Primero, las inyecciones de liquidez de la
Reserva Federal estadounidense (FED) y del Banco Central Europeo
(BCE) a los principales bancos internacionales para salvarlos de su
iliquidez, en montos mayores que varios PIB latinoamericanos.
Luego, la reducción sistemática de la tasa de interés de la FED;
el BCE redujo la suya el 8 octubre de 2008 coordinadamente con
los bancos centrales del mundo desarrollado. A comienzos de 2008
el gobierno de Estados Unidos otorgó ayudas fiscales en forma de
devolución de impuestos. Después, ante la insuficiencia de esas
medidas para contener la crisis, los gobiernos europeos y el de
Estados Unidos anunciaron y llevaron a cabo la nacionalización
parcial de sus principales bancos, garantizando todos los depósitos
bancarios.
Además, va en aumento la solicitud de ayudas de las empresas del
sector real, que viven situaciones cada vez más complicadas. Europa
anunció la creación de fondos soberanos para ese fin y para evitar que
caigan en mano de chinos, rusos y árabes. Y el presidente electo de Es-
tados Unidos anunció su apoyo a un nuevo paquete de ayudas fiscales
–con devolución de impuestos, igual que el primero– y construcción
de infraestructura, así como su disposición a ayudar a las empresas,
en particular a aquellas que producen automóviles a las que califica,
no sin razón, de eje de la industria manufacturera de su país.
Y hace poco, ante la amenaza de su propia desaceleración a causa de
la crisis de los países desarrollados, China, con la mayor participación
en el crecimiento de la economía mundial, anunció un importante
paquete de ayudas fiscales.
Todas esas medidas intentan resolver una crisis muy grave y evitar
una depresión mundial. Sólo la gravedad puede explicar que los go-
bernantes europeos y estadounidenses abandonen una ideología que
desde la teoría y la práctica promovió obsesivamente la desregulación
de los mercados y la reducción de la intervención del Estado en la
economía. Paradojas del capitalismo: el Estado termina salvando a
quien quería liquidarlo, igual que en 1929.
Pero, ¿es sólo una crisis financiera o una colosal crisis económica
cuyo aspecto más visible es el financiero por la notoriedad de bolsas y
tasas de cambio?, ¿cómo apareció?, ¿qué efectos tendrá?, ¿cuáles son las
soluciones? Estas no son nada claras: los gobiernos dicen y desdicen
sobre lo que harán; parecen reaccionar ante hechos consumados en
el intento de evitar que se agraven.
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Revista de economía institucional, vol. 10, n.º 19, se g u n d o semestRe/2008, pp . 55-78
César Ferrari

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