La travesía de pedalear por Colombia a ciegas - 21 de Agosto de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 874668219

La travesía de pedalear por Colombia a ciegas

Mateo García - redactor de Nación @teomagarmatgar@eltiempo.comA las pocas semanas de quedar ciego, Juan Gabriel Espinel se preguntó si iba a ser un inútil toda su vida. "Quedé inservible", se dijo. Y más allá de la preocupación de un muchacho de 22 años que apenas estaba comenzando a descubrir la vida, lo que no lo dejaba dormir era cómo un ciego sin mamá, ni papá, ni hermanos ni familia iba a sobrevivir. Pero después de varios días de incertidumbre, las personas con quienes vivía -pagaba una habitación en arriendo en San Gil, Santander- se comunicaron con él. No lo habían olvidado e, incluso, le comentaron que no se preocupara por nada. Mientras ellos pudieran, tenía la comida y la dormida aseguradas. Las puertas de su casa estaban abiertas. Era una preocupación menos, ahora le faltaba definir qué iba a hacer con su futuro. Sin ver le parecía casi imposible tener una vida normal, trabajar y hacer deporte, una de sus grandes pasiones. Pensaba, además, que no podía realizar algunas acciones tan cotidianas como caminar, trotar, correr, nadar y hasta montar en bicicleta. Pero existen otros sentidos que nos permiten realizar esas actividades e, incluso, desarrollarlas de tal modo que se puede llegar a ser un deportista de alto rendimiento. Y eso fue lo que hizo Espinel, a quien en su pueblo conocen como Laucha. Desarrolló de tal manera los sentidos que hoy, 14 años después de la explosión en la que perdió la vista, se volvió un deportista de alto rendimiento y hace poco comenzó una travesía para recorrer Colombia en bicicleta. La infancia Cuenta Espinel que nació en Bucaramanga hace 36 años. Siendo todavía un bebé -dice por la historia que le narraron- llegó a vivir con su madre a San Gil, pues ella comenzó a trabajar en una vereda cercana al pueblo. Sin embargo, ni siquiera la recuerda, pues cuando tenía 2 años lo abandonó. Ahí comenzó a padecer. Pasó de casa en casa, y en algunas fue maltratado. Comenzó a trabajar desde muy niño. Había que ganarse el pan. Solo pudo estudiar hasta segundo de primaria porque cuando se iba a matricular para tercero no lo aceptaron. Necesitaba el registro civil y, en ese momento, legalmente no existía. "Sabía que me llamaba Juan Gabriel y no sabía nada más". Así que se dedicó a hacer de todo. Hacía mandados, trabajaba en el campo, sacaba arena del río y todo lo que le permitiera ganarse unos pesos "para la yuca". Pero a los 14 años conoció el deporte y desde ese momento no volvió a ser el mismo. "Por intermedio...

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