Treinta y dos ratas - 14 de Mayo de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 931721430

Treinta y dos ratas

En Nueva York, como en cualquier otra gran ciudad portuaria, abundan las ratas. Es frecuente tenerlas muy cerca sin darse uno ni cuenta. Hay muy pocos edificios residenciales de la ciudad que estén libres de ratas. Su población ha menguado enormemente en los últimos veinticinco años, pero aún quedan millones: según las autoridades competentes, en Nueva York hay una rata por cada habitante. La densidad de ratas en puertos y embarcaciones siempre se dispara en tiempos de guerra. Durante el verano de 1940, cuando no había transcurrido aún ni un año desde el estallido de la guerra en Europa, se registró un aumento constante de las ratas que llegaban a Nueva York por vía marítima. Las ratas de muchos puertos extranjeros y sus pulgas pueden transmitir la peste, una enfermedad infecciosa verdaderamente atroz que adopta diversas formas. La más común es la peste bubónica o levantina, la famosa peste negra del medioevo. Todos los barcos que llegan a Nueva York tras recalar en un puerto extranjero deben someterse a la inspección de rigor para determinar si hay ratas u otros indicios de plaga a bordo. Esta inspección corre a cargo del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, cuyos agentes salen a abordar los barcos desde el centro de cuarentena de Staten Island, situado a orillas de los Narrows. Cuando un barco está infestado de ratas, se fondea en alguna bahía, se evacúa a la tripulación y se fumigan las bodegas y camarotes con un gas tan venenoso que basta un par de inhalaciones para matar en el acto a una persona, y no digamos ya a una rata. En 1939, la media de ratas exterminadas en cada fumigación era de 12,4. En 1940 había ascendido a 21 y al cabo de dos años se situaba ya en 32,1 ratas muertas por fumigación. Para colmo de males, en 1943 se encontraron en el puerto ratas infectadas con la bacteria de la peste, la Pasteurella pestis, algo que no sucedía desde 1900. Llegaron en el Wyoming, un viejo vapor volandero francés procedente de Casablanca, donde se registran brotes interminables de peste negra desde hace siglos. Las colonias de ratas más numerosas de la ciudad se encuentran en edificios deteriorados del puerto o sus alrededores, principalmente en bloques de apartamentos, mercados avícolas y de abastos, mataderos, almacenes, establos y garajes. Las ratas también pueden morar en lugares más insospechados. Los inspectores del departamento de salud han encontrado huellas de patas y colas en los sótanos de algunos de los mejores...

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