Turquía: solución o raíz del problema en Oriente Medio - 12 de Agosto de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 646841873

Turquía: solución o raíz del problema en Oriente Medio

A principios del siglo XIX el imperio otomano, antecesor de la actual Turquía republicana, era conocida en las cancillerías europeas como “el enfermo de Europa”, lo cierto es que a este “enfermo” imperio turco le duró la enfermedad casi dos siglos hasta que una vez perdida una parte sustancial de su territorio después de la Primera Guerra Mundial, donde se situó en el bando de los perdedores, es decir Alemania y el imperio austrohúngaro, este último otro enfermo. Es la época en que llevaban a Colombia emigrantes del imperio turco, que sin ser turcos, la mayoría eran libaneses, eran llamados en Colombia así al llegar con pasaporte turco. Británicos y franceses, como aves carroñeras, se hicieron con el despojos del imperio de la Sublime Puerta, constriñéndolo a la península de Anatolia y a una pequeña porción territorial europea al otro lado del Bósforo. Bajo la tutela de las potencias europeas, Turquía dejaba de ser una monarquía a finales de 1992. Se instauraba en la nueva Turquía una república oficialmente laica bajo la férula del destacado militar Mustafa Kemal, luego llamado Ataturk o padre de los turcos. Las reformas fueron espectaculares; sustituyó el alfabeto árabe por el latino, limitó la influencia de la religión en la política y la sociedad, prohibió el velo y el turbante y dio a la mujer derechos políticos como era el voto y la posibilidad de ser elegida en puestos políticos antes que en otros países occidentales, esto por mentar alguna de las trasformaciones patrocinadas por Ataturk. Hasta hace poco, la figura de Ataturk y sus designios eran incuestionables, pero con la llegada de Recep Tayyip Erdogan a la más alta magistratura del Gobierno la situación empezó a cambiar paulatinamente trocando de una república laica, tutelada por el ejército, a una república con una deriva islámica evidente. Desde el arribo al poder de Erdogan y de su partido La Justicia y el Desarrollo, hubo de enfrentarse a poderes laicistas y castrenses que se consideraban guardianes del legado de Ataturk, que siendo aún muy influyentes en las estructuras del Estado eran refractarios al islamismo de Erdogan, un islamismo cada vez menos moderado, que reaccionaba reprimiendo cualquier manifestación callejera en su contra, como pasó con las protestas de la plaza de Taksim, o con el control de los mensajes opositores en las redes sociales. Todo ello hacía que la figura de Erdogan sea interpretada en Occidente como la de un personaje autoritario, además salpicado...

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