La última entrega de armas - 18 de Junio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 682956817

La última entrega de armas

María Isabel Rueda

El acto más importante, más contundente, más expresivo del proceso de paz puede ser el de la entrega de las armas de las Farc para nunca más volver a ser disparadas. Pero fue convertido por compromiso del Gobierno en un acto clandestino, protegido de la mirada curiosa de los periodistas nacionales y extranjeros, que eran los apropiados para transmitirnos este parte de victoria de la paz a los colombianos ansiosos y aún altamente escépticos. Como ninguna de las etapas de los acuerdos con las Farc (e incluso más que la firma misma, que sucedió siete veces hasta la última, en el Colón), el acuerdo no solo merecía, sino que necesitaba para su credibilidad esa transmisión espontánea y libre de la prensa, y no el libreto que nos entregaron. Se trató de un video de carácter oficial, evidentemente libreteado, aunque no sabemos si por la misma ONU o por las Farc, en el que, en un ambiente totalmente aséptico, como de sala quirúrgica, sin una gota de entusiasmo, ni de testigos, ni de guerrilleros, ni de pobladores ni de funcionarios del Gobierno, un representante de la ONU escogió cinco armas de diversos modelos, las desarmó, las registró, las depositó en un contenedor semivacío y cerró sus puertas. ¿En el municipio de La Elvira, donde ocurrió esa supuesta ceremonia, solo entregaron cinco armas? Esa fue la única prueba que los colombianos obtuvimos de que la entrega de armas transcurrió honrando los compromisos del acuerdo del Colón. Pero no se nos dijeron muchas cosas. ¿Cuántas armas van a entregar las Farc? ¿Cuántas entregaron el lunes? ¿Se completaba un 60 % que luego se redujo a un 40 %, pero de qué cantidad? ¿El 1.° de julio se habrán entregado cuántas armas, que corresponden al 100 % de cuántas armas? Lo pregunto porque para el señor Ar-nauld, representante de las Naciones Unidas, “lo importante no es contar las armas, sino la intención de mantener el cese del fuego”. Pero no es verdad. La entrega de las armas y su contabilidad son un hecho solemne, núcleo esencial del proceso de paz, que hay que aplaudir y agradecer, siempre y cuando no haya mentiras, ni ocultamientos ni creación de apariencias falsas. Es que a los colombianos ya nos habían engañado una vez con las armas del frente paramilitar Cacica Gaitana, cuando entregaron armas hechizas y hasta de palo. Desde entonces quedamos vacunados contra ingenuidades. Ni siquiera la presencia in situ, frustrada por mal tiempo, de dos tótems internacionales como Mujica y Felipe...

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