El último asesinato de alias el Paisa - 19 de Septiembre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 649240105

El último asesinato de alias el Paisa

Balsillas (Caquetá). No se pudo aguantar las ganas de segar una última vida. Iván Darío Soto tenía que morir. El pasado 5 de agosto, a las 11 de la mañana, dos milicianos cumplieron la sentencia. Le dispararon diecisiete tiros en Balsillas (Caquetá). Dejó tres niños huérfanos y a su mamá sin hijos. Su único hermano pereció a los 18 años ahogado en un río. El autor intelectual del crimen es conocido en varias partes de Colombia donde dejó su huella sanguinaria como el ‘Paisa’, jefe de la columna móvil ‘Teófilo Forero’. Será difícil que admita el asesinato, ningún testigo se atreve a declarar ante las autoridades para ponerlo contra las cuerdas, y tampoco la familia quiere hacerlo. Consideran que es un riesgo y de poco serviría. Aunque está denunciado el asesinato y existen pruebas que lo condenarían, la justicia es invisible en esas partes del Caquetá que lleva decenios bajo la ley del silencio. Tan ausente es la autoridad legal, que el día que lo mataron, la Fiscalía argumentó problemas de orden público para no hacer el levantamiento del cadáver. Y eso que estaba vigente una tregua unilateral decretada por las Farc, único grupo armado que hay en la población y amo absoluto de ese territorio. Debió ser la propia familia, que reside en Neiva, a hora y media de distancia por una vía que suele taponarse en invierno, la que fuera a recogerlo. Y la Junta de Acción Comunal la encargada de redactar un acta de defunción. Hay un Batallón del Ejército en el mismo Balsillas, pero los entes judiciales no debieron considerarlo suficiente escudo protector. ¿Por qué quería matarlo el ‘Paisa’ justo antes de formalizar su reintegración a la sociedad? Se encontraba en esas fechas en La Habana, había viajado para incorporarse a la delegación de las Farc, y sabía que celebrarían la Décima Conferencia guerrillera para oficializar el compromiso de la organización armada con la paz. Esta es la historia que me contó Iván Darío Soto junto a otros datos que pude reunir. Nos conocimos por casualidad hace varios años en un enorme derrumbe que cortaba la vía que une Balsillas, vereda de San Vicente del Caguán, con Neiva. Toneladas de tierra habían tapado por completo la carretera y unas máquinas trabajaban para abrir el paso. Estudió Administración de Empresas y Comercio Internacional, aunque no terminó ninguna carrera, y le gustaba estar al tanto de la actualidad. Al reconocerme por la foto de mi columna de EL TIEMPO, me saludó y conversamos. Ese primer encuentro dio...

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