‘Un tipo tranquilo’, así recuerdan a piloto que estrelló avión - 27 de Marzo de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 562477422

‘Un tipo tranquilo’, así recuerdan a piloto que estrelló avión

Europa

Patricia Salazar Figueroa Corresponsal de El Tiempo Berlín. Las evidencias de que Andreas Lubitz, copiloto del vuelo 9525 de la aerolínea Germanwings, dirigió el martes voluntariamente la aeronave y la vida de los 149 pasajeros –entre ellos dos colombianos– hacia la muerte y la catástrofe confronta tanto a sus compañeros y jefes en la empresa así como a su entorno familiar y en suma a toda Alemania con la devastadora certeza de no haber sido capaces de detectar una personalidad monstruosa encubierta en el traje de oficial eficiente y veinteañero tranquilo, sin conflictos, que Lubitz aparentaba ser. Al mediodía del jueves, la fiscalía francesa determinó que el copiloto de 27 años aprovechó la ausencia momentánea del capitán de la nave, presumiblemente para ir al baño, para encerrarse en la cabina y manipular con precisión razonada el mecanismo, consistente en una perilla giratoria para el descenso acelerado que ocasionó el desplome. “La interpretación más verosímil” es que su gesto “puede analizarse como una voluntad de destruir el avión, la acción de selección de altitud solo podía ser algo deliberado”, aseguró el fiscal Brice Robin. “Nuestra interpretación, sujeto a los controles y la investigación, es que el copiloto intencionalmente se rehusó a abrir la cabina al piloto principal. Fue un acto deliberado”. Desde entonces, una Alemania violentada por el dolor y la impotencia dirige su búsqueda de explicaciones a Montabur, un pueblecillo de 12 mil habitantes, en el centrooccidente del país, situado estratégicamente entre Colonia y Mainz, tierra natal del copiloto y uno de sus dos domicilios vigentes, hasta la mañana del martes. Allí, en barrios alineados por la perfección de la vida placentera, rutinaria y acomodada de la muy solvente región del estado federado de Renania Palatinado, viven quienes durante más tiempo conocieron y trataron al copiloto: sus padres, amigos de infancia, excompañeros de colegio, amigos y primeros instructores en el club de aviación deportiva LSC Westerwald. Robert M., instructor veterano en el citado club, con respiración entrecortada y voz adolorida, contó telefónicamente a EL TIEMPO que Andreas nunca dejó de vivir en el pueblo, en la casa de sus padres, sino que por razones de trabajo tomó en arriendo un apartamento en Dusseldorf, por su cercanía a Colonia, sede central de la aerolínea Germanwings y su matriz, la prestigiosa Lufthansa. “Andreas era un joven de nuestro pueblo, se dejaba ver frecuentemente...

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