Unidas por ‘la teoría de la chuleta de cerdo’ - 14 de Febrero de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 557179402

Unidas por ‘la teoría de la chuleta de cerdo’

The Edibles South

La autora Marcie Cohen Ferris, profesora de estudios culinarios, relata en parte el papel de las mujeres en la comida sureña.

k Kim Severson k Chapel Hill, Carolina del Norte En los años 70, cuando Natalie Dupree y Shirley Corriher estaban cocinando juntas en Atlanta, querían evitar el tipo de relación en la cual la competencia se vuelve rencor. Así que las dos mujeres, que llegaron a tener fama nacional, desarrollaron ‘la teoría de la chuleta de cerdo’. La idea es que una chuleta de cerdo en un sartén se seca al cocinarla. Pero dos producen suficiente grasa para beneficiarse una de la otra, y los resultados son mucho mejores. La teoría de la chuleta de cerdo es una explicación tan buena como cualquiera para lo que está sucediendo en Carolina del Norte, donde las mujeres dominan las mejores cocinas profesionales. La hermandad alimentaria femenina de Carolina del Norte se extiende, más allá de los restaurantes, también hacia la crianza de cerdos, la molienda de harina y la elaboración de encurtidos. Mujeres dirigen las preeminentes empresas de distribución de productos agrícolas orgánicos y de carne de ganado criado con pasturas y presiden sus mercados de granjeros. Influyen en la política alimentaria y encabezan los estudios alimentarios académicos del estado. Y cada otoño, el Estado es anfitrión del único retiro para mujeres en la industria de la carne de Estados Unidos. Mujeres, dueñas de todo “Realmente, las mujeres son dueñas de todos los eslabones en la cadena alimenticia en Carolina del Norte”, dijo Margaret Gifford, una consultora de marcas en la Ciudad de Nueva York. Las mujeres siguen solo mordisqueando los bordes de los grandes motores agrícolas de Carolina del Norte, como la industria porcícola de 2.500 millones de dólares. Y las cifras del censo estadounidense más reciente muestran que las mujeres operan poco más del 12 por ciento de las 50.218 granjas del Estado, un poco menos que el promedio nacional. Pero en el movimiento de alimentos locales y restaurantes de altos vuelos, las mujeres están representadas en proporciones exageradas. La lista es larga La lista comienza con Andrea Reusing, quien dejó Nueva York para asentarse en Chapel Hill a fines de los 90. Abrió Lantern aquí en el 2002 y pronto abrirá el Durham en la ciudad del mismo nombre. Su comida –platillos como (el pescado) la platija de Carolina cocinada al estilo Hanoi y el cerdo asado con coco– es la antítesis del nuevo movimiento sureño llamado...

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