Verdad y narración. La lucha por la memoria en Alemania después del Holocausto - Tercera parte. La memoria y sus luchas - Cartografías del mal. Los contextos violentos de nuestro tiempo - Libros y Revistas - VLEX 857335161

Verdad y narración. La lucha por la memoria en Alemania después del Holocausto

AutorWolfgang Heuer
Páginas231-249
231
IX. VERDAD Y NARRACIÓN.
LA LUCHA POR LA MEMORIA EN ALEMANIA
DESPUÉS DEL HOLOCAUSTO
Wolfgang Heuer
En estas páginas quiero discutir un aspecto del trabajo de la
memoria que tan solo en los años más recientes ha atraído la
atención en las investigaciones: el rol de las generaciones en la
elaboración de la memoria, es decir, el trabajo de la memoria
intergeneracional. Conocemos el relevante estudio de Mauri-
ce Halbwachs sobre la memoria colectiva y cómo esta influye
fuertemente sobre la memoria individual. Según él, lo que se
recuerda no está determinado claramente solo por los indivi-
duos, sino sobre todo por sus relaciones sociales. Pero ¿por
cuáles? Según resultados de investigaciones recientes, son sobre
todo relaciones familiares. Su rol resulta especialmente perti-
nente cuando se observa en el caso de Alemania el cambio de
la memoria durante un período de tres generaciones, desde la
Segunda Guerra Mundial, mientras que los hechos históricos
quedan más o menos igual.
232
Analizo tres generaciones en Alemania fundamentalmente
porque estoy interesado en la memoria comunicativa cotidiana,
no en la memoria de las instituciones políticas o en la memoria
cultural simbólicamente representada, orientadas hacia una
duración y una estabilidad más largas. La historiadora alema-
na Aleida Assmann habla de “memoria de tres generaciones”
como la memoria a corto plazo de una sociedad que “siempre”
después de ochenta o cien años “se disuelve de nuevo para
dar lugar a las memorias de las generaciones siguientes en un
cambio corriente” (Assmann, 2006, p. 26).
En lo que sigue quiero presentar esta “memoria de tres ge-
neraciones” con el ejemplo de Alemania. Han pasado más de
setenta años ya desde la Segunda Guerra Mundial; los hechos
de una guerra de agresión y del Holocausto fueron conocidos
desde el principio, y la cuestión de la culpa no presenta dudas
desde los juicios de Núremberg. También se sabe desde sus
orígenes que el régimen totalitario no quiso llevar una guerra
tradicional con vencedores y vencidos, sino una guerra ideo-
lógica de exterminio, en donde solo hubiera perpetradores y
víctimas.
Voy a exponer de la siguiente manera cómo las tres genera-
ciones han enfrentado esta realidad desde entonces: en primer
lugar, el rechazo de culpa y el mito de una Wehrmacht (Fuerzas
Armadas) honesta; en segundo lugar, la lucha de la segunda
generación por nombrar hechos y victimarios, y, por último,
el desvanecimiento del interés en los victimarios coincidente
con un extenso conocimiento de los hechos y de las víctimas
en la tercera generación.
A. EL RE CHAZO D E LA CU LPA
En su investigación de la dominación total, Hannah Arendt
destacó que esta nueva forma de dominación se distinguió de
las dictaduras tradicionales por su control y movilización total:
WOL FGA NG H EUE R

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