Verónica, la mujer que conquistó el corazón de Gustavo Petro - 8 de Mayo de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 716361505

Verónica, la mujer que conquistó el corazón de Gustavo Petro

ÁNGELA LANDÍNEZ OLAYA - ESPECIAL PARA EL TIEMPO

En un hotel del noroccidente de Bogotá estaba Verónica esperando. Es alta, rubia, de pelo corto y con unos impresionantes ojos azules. Su voz, un poco ronca y aguda, mantiene el acento de su natal Sincelejo. Nació en un hogar conservador y creció con sus dos hermanos: Juan Carlos y María Teresa. Su padre, Jorge Emilio Alcocer, un reputado abogado, seguidor y amigo personal del fallecido Álvaro Gómez Hurtado, murió hace seis años por problemas renales. Su mamá, Elizabeth García, vive en Sincelejo. “Somos una familia unida y numerosa; por parte de mi papá son diez hermanos y por mi mamá, tres. Mi abuelo fue alcalde de Sincelejo en los años 50”. Estudió en Nuestra Señora de las Mercedes, un colegio franciscano y de monjas, una época inolvidable que recuerda con especial cariño. “Viví hermosos momentos allí. Tuve grandes amigas que aún visito y frecuento mucho”. De pequeña fue inquieta, traviesa, pero quizá lo que más la caracterizaba era su pasión por la poesía y la música. “Toda la vida me ha gustado el tema de las artes. Me cuentan que yo era el centro de atracción en todo lado porque recitaba poemas y me subía a las mesas a cantar. Viví mucho entre adultos, mi círculo de familia en realidad; tengo casi 50 primos. Me encantaban las reuniones de mis tíos y participar en ellas. Escuchaba son cubano”. Y entre risas también recuerda que en una oportunidad llegó a su colegio Susana Caldas, y la pusieron a declamarle un poema como bienvenida. ‘Quería ser monja’ Más allá de sus gustos artísticos, Verónica es una persona completamente católica y mariana. En el respaldo de su celular tiene una imagen de la Virgen, y de su cuello pende un rosario. “Desde niña fui así. Soy devota de la Virgen de las Mercedes (de su colegio), pero también de la Virgen de Guadalupe y la Milagrosa, con quien me he soñado mucho. Además, fui consagrada a la Virgen del Socorro: yo me llamo Verónica del Socorro”. A diario reza el rosario y lee la Biblia, especialmente el libro de los Proverbios, porque piensa que la mejor manera de evolucionar como ser humano es alimentar la parte espiritual a través de la oración. Pero esto no es algo reciente, lo hace desde pequeña, e incluso quería ser monja. “Yo vivía en el colegio de día y en el convento de noche. Cuando no llegaba a la casa, mis papás me iban a buscar allá; estuve a un pelo de convertirme en monja, pero no seguí porque me enamoré”. En ese entonces tenía 15 años. Fue su...

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