El viacrucis que se vive en la ciclovía de la 7.ª - 23 de Septiembre de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 739778641

El viacrucis que se vive en la ciclovía de la 7.ª

hugo parra gómez - el tiempo@hugoparragomezLos domingos, cuando Clara Silva, de 79 años, sale a dar su paseo matutino por la carrera 7.ª rumbo a la iglesia de Las Nieves, ubicada sobre la calle 20, en el centro, se las tiene que ver con una barrera de males acumulados a lo largo y ancho de la vía, sin que se vea una solución al menos a corto plazo. A los líos que tiene la construcción de la fase II de la peatonalización -de la avenida Jiménez a la calle 26-, prácticamente paralizada con solo dos cuadrillas trabajando, retrasos superiores al 27 por ciento y un avance que no llega al 40 por ciento, se suman la invasión del espacio público, el expendio de drogas al menudeo, el consumo de licor, las bandas de atracadores y ‘cosquilleros’ que se pelean los territorios a puñal, la falta de iluminación, la indisciplina con las basuras y una sensación de que hace tiempo el sector está en el abandono. El calvario de Clara y su queja son los mismos de más de 100.000 almas que en un fin de semana pasan por allí. El día de ciclovía transitan 60.000 más en bicicleta, trotando o caminando con sus mascotas. Para comenzar, la firma responsable, el consorcio Peatones Go, se hundió en problemas financieros, incumplió el contrato y no pudo seguir adelante. Las consecuencias saltan a la vista. La directora del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Yaneth Mantilla, informó que se adelantan dos procesos sancionatorios y se analizan las ofertas de tres empresas interesadas en recibir la cesión de ese contrato. Clara sigue su recorrido religiosamente, y mientras avanza comienza a recordar que antes la 7.ª era la Calle Real, por donde entraba y salía la crema y nata de la sociedad, en medio de edificaciones patrimoniales, muchas de las cuales aún se esconden tras la intermitente polisombra que se utiliza para señalizar la peatonalización. La serie de problemas también afecta a comerciantes, residentes, estudiantes y transeúntes, y hasta a los vendedores informales, que ya protestan por la llegada de cachivacheros, que ahora les cobran entre 15.000 y 20.000 pesos por puesto. Y si no pagan, amenazan, advierten. El edil de la localidad de Santa Fe Orlando Hernández conoce la 7.ª como la palma de su mano. Es uno de sus defensores, pero también uno de los mayores críticos: "Esto es un despelote. El peligro es inminente entre la 24 y la Jiménez. La ciclovía (domingo) y la ciclorruta (entre semana) no se respetan, los cachivacheros y las ventas informales se apoderaron...

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