Viajar con Maqroll el Gaviero - 8 de Noviembre de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 851604394

Viajar con Maqroll el Gaviero

Ya a punto de jubilarse de Columbia Pictures, donde trabajó viajando de un lado para el otro del continente, Álvaro Mutis emprendió la realización de una anhelada obra narrativa postergada por las peripecias de su vida, sacudida por los cambios bruscos del destino, como ocurre en las furiosas corrientes de los ríos tropicales que pueblan su poesía o en los ciclones que cruzó tantas veces como empleado de empresas petroleras, aéreas o cinematográficas. Después de la publicación en 1953 en Argentina de Los elementos del desastre, en la editorial Losada, y de la aparición de la Summa de Maqroll el Gaviero en Seix Barral en 1973, Mutis (1923-2013) ya gozaba de un sólido prestigio en el panorama de la poesía latinoamericana. Ya era un escritor consagrado, el secreto mejor guardado de la literatura hispanoamericana, un objeto volante no identificado, rebelde como pocos y fiel a la literatura y a los bandazos de la historia, como lo atestigua su magnífica biblioteca llena de incunables que conserva Carmen Miracle en su casa de Ciudad de México, donde recibía a amigos y admiradores del mundo. Ese era el Mutis de aquellos primeros años de la década de los 80, antes y después del terrible terremoto, que "comenzaba de cero", como le ocurría a su personaje Maqroll con las empresas iniciadas en lugares improbables de Europa o América, con Ilona o las hermanas Vacaresco, o le sucedía al retornar a la posada de Flor Estévez en el alto de la Línea, picado por alguna araña o golpeado por el fracaso de algún negocio. Con el mismo impulso, alegría y energía de un joven narrador, Mutis golpeaba su Smith Corona o tomaba nota con su letra de vampiro que escribe con pluma de ganso en la oscuridad del castillo para dar vida a los espacios del personaje emblemático de su obra, presente desde el inicio, cuando escribía sus primeros poemas en Bogotá quitándole tiempo al bachillerato o al billar, o escapándose de sus múltiples empleos, entre ellos el de locutor o relacionista público. Ante la sorpresa e incredulidad de sus amigos, incluso del nobel Gabriel García Márquez, Mutis imaginaba en su guarida, o en aviones, hoteles y aeropuertos, los espacios donde Maqroll habría de existir para siempre en una saga narrativa que circuló por el mundo y conquistó lectores en Francia, Italia, España o Portugal, granjeándole premios como el Médicis y el Cervantes. La nieve del almirante, Ilona llega con la lluvia, Un bel morir, La última escala del Tramp Steamer, Amirbar, Abdul...

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