La victimización del ambiente generada por las estrategias irregulares de los grupos armados organizados en Colombia
| Autor | Carlos Alberto Ardila Castro, Javier Gamboa Flórez, Angélica Antequera Prias |
| Páginas | 13-50 |
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CAPÍTULO 1.
LA VICTIMIZACIÓN DEL AMBIENTE GENERADA POR LAS ESTRATEGIAS
IRREGULARES DE LOS GRUPOS ARMADOS ORGANIZADOS EN COLOMBIA
POR: CARLOS ALBERTO ARDILA CASTRO
I
Entre los diversos crímenes cometidos por las organizaciones armadas
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gunos de los más sistemáticos en cuanto a su realización fueron aquellos
en los que atentaron contra el medio ambiente. De hecho, solo en el 2018,
la UC-ELN perpetró más de 80 ataques contra el oleoducto Caño Limón -
Coveñas, que atraviesa el país desde Arauca hasta Sucre (Semana, 2019).
A pesar de que los desastres ecológicos cometidos por los grupos guerri-
lleros que mayor repercusión han tenido en los medios de comunicación
han sido los producidos por el UC-ELN en sus ataques contra el oleoducto
Caño Limón - Coveñas, las FARC-EP también han atentado contra esta
misma infraestructura. De acuerdo con el diario El Tiempo (2015), en junio
de 2015, la población de Tibú (Norte de Santander) se quedó sin servicio
de agua debido a un ataque realizado por la compañía de milicias Resisten-
cias del Catatumbo de las FARC-EP contra este oleoducto.
Los sistemáticos ataques perpetrados por ambas estructuras criminales
contra el oleoducto Caño Limón - Coveñas son, únicamente, una mues-
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UN PLANETA PARA LAS GENERACIONES FUTURAS
tra que ilustra la tendencia de estas organizaciones de cometer todas las
importar sus repercusiones. Así, los miembros de la Fuerza Pública, los
funcionarios del Estado y demás miembros de la sociedad civil no han sido
las únicas víctimas de las acciones de estas organizaciones armadas; la
naturaleza o el medio ambiente también ha sufrido graves daños por parte
de estas organizaciones.
Además del ataque sistemático contra la infraestructura de transporte de
petróleo, estas organizaciones han cometido un sinnúmero de afectaciones
de diversos órdenes contra el medio ambiente. Por ejemplo, entre las prin-
se encuentra la minería ilegal, que, según Alfredo Rangel, director de la
Fundación Seguridad y Democracia (citado por Salazar, 2011), ha sido
practicada por ambas organizaciones al margen de la ley, por lo menos,
desde la década de 1980. El pionero de esta actividad fue la UC-ELN, y
las FARC-EP que empezaron a ejercerla con posterioridad (Salazar, 2011).
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diante las cuales estas dos organizaciones han provocado daños ambienta-
les continuos. Aunque la opinión pública no suela reparar en ello, el cul-
tivo de cocaína puede tener implicaciones ambientales de una magnitud
similar a la de las actividades ya mencionadas. Esto se debe a que, solo
para el cultivo de la hoja de coca, estas organizaciones se han visto invo-
lucradas en una deforestación a gran escala. De hecho, de acuerdo con
El Tiempo (2019), en el 2017 la deforestación asociada con el cultivo de
coca representó el 24% del total del país. Además, “por cultivos de coca se
deforestan 137 hectáreas diariamente de bosque natural colombiano” (El
Tiempo, 2019).
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UN PLANETA PARA LAS GENERACIONES FUTURAS
Estos datos son particularmente alarmantes si se tiene en cuenta la actual
coyuntura global del cambio climático. Los dramáticos cambios que se
están presentando por el aumento de la temperatura media global han he-
cho que se prendan las alarmas sobre los altísimos niveles de contamina-
ción ambiental que se han producido por la actividad humana. Por ello, el
cuidado del planeta ha adquirido una importancia creciente al punto que
constituye en la actualidad uno de los asuntos más relevantes de la agenda
mundial.
La evaluación del impacto ambiental de cada una de las actividades huma-
nas tiene un carácter fundamental. La importancia que tiene el estado de la
naturaleza para el mundo actual implica la obligación de conservar y pro-
teger en la mayor medida de lo posible el medio ambiente. Por tal razón, es
imperativo reconocer que ciertas conductas humanas deben considerarse
delitos debido al daño desproporcionado que causan al medio ambiente, y
con él, al interés general de la especie humana.
En este sentido, las FARC-EP y la UC-ELN, como en párrafos anteriores
se indicó, han sido actores que de una u otra manera han cometido diversas
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to armado ha sido un escenario en el que estos grupos no han lesionado
únicamente a personas, sino que la naturaleza también se ha visto afectada
de manera sistemática por ellos. Por consiguiente, es menester determinar,
en este capítulo, la naturaleza de las conductas constitutivas como críme-
nes ambientales, la afectación que estas representan para los derechos hu-
manos y el derecho internacional humanitario, y la forma como estas dos
organizaciones -FARC-EP y UC-ELN- cometieron estos delitos de manera
sistemática.
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