Villamil, un músico inmortal - 27 de Febrero de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 559036554

Villamil, un músico inmortal

Óscar Domínguez G. Especial para EL TIEMPO Al lado del novelista José Eustasio Rivera, autor de La vorágine, el médico y compositor huilense Jorge Villamil Cordovez es considerado el “otro” huilense universal. Sus 172 canciones, que abarcan múltiples géneros, son las más interpretadas dentro y fuera del país. Como defensor del gremio de los creadores, participó en la modernización de Sayco y estuvo en los inicios del Reinado Nacional del Bambuco. Los Tolimenses, Garzón y Collazos, Silva y Villalba fueron sus primeros grandes descubridores e intérpretes. Para conjurar el olvido sobre su vida y obra, el periodista huilense Vicente Silva Vargas lo incluyó en la serie de televisión Maestros. Además, investigó a fondo su vida y su obra, al punto de que es el autor de la biografía Las huellas de Villamil. Para usted que lo conoció en profundidad, ¿quién fue Jorge Villamil? Un hombre polifacético, hijo de un terrateniente que coadyuvó en la fundación de Fedecafé, de familia ultragoda, aunque él se calificaba de centro, un autodenominado “campesino ilustrado que prefirió el arte a la ciencia, con el criterio de que “médicos había muchos y músicos, muy pocos”. Es el compositor que más ritmos colombianos abordó, desde sanjuaneros, rajaleñas y bambucos hasta porros, cumbias y paseos vallenatos. En total compuso la letra y la música de 173 canciones y fue coautor de otras seis. También hizo boleros, baladas, boleros morunos, un calipso y un pasodoble. Junto con José Eustasio Rivera se puede decir que es el “opita más grande” (por encima de los tres presidentes de allá y otros personajes). Es tal vez el huilense que mejor supo perfilar a los opitas y el hombre que con su música contribuyó a que el Huila fuera conocido más allá del cerro del Pacandé. ¿Por qué es tan importante Jorge Villamil? Además de médico-compositor, fue uno de los gestores de la modernización de Sayco y la necesidad de darles un estatus a los compositores colombianos. Como si fuera poco, en los años 60 fue gestor de paz en una de las tantas comisiones creadas por Lleras Camargo y Guillermo León Valencia para procurar la paz con las guerrillas liberales que luego se convirtieron en las Farc. En esas gestiones por El Pato y Guayabero (regiones de Huila, Caquetá y Meta mencionadas en El Barcino, volvió a encontrarse con Pedro Antonio Marín (alias ‘Tirofijo’), el recogedor de café que en los años 50 llegó del Viejo Caldas para trabajar como recogedor de café de la hacienda del Cedral...

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